Tan estrictas esas normativas en todas las materias que pudiera uno imaginar, en Europa, por así decirlo, ninguno de los estados actuales que integran la Unión Europea se manda solo, son 28 naciones que tienen disposiciones  se han dado estrictísimos controles comunes en casi todo: comercio, ecología y medio ambiente, pesca, industria, carbón y hierro, energía nuclear, migración comunicaciones (transporte aéreo, ferrocarriles, carreteras, navegación marítima), pero en el caso del vuelo A-320 de la Germanwings parece que todo falló. algo que en nuestro país, al menos por lo que se sabe y tenemos información de primera mano no podría ocurrir ni en el caso de los operadores de autobuses de AU y ADO (Cristobal Colón, Tres Estrellas y Texcoco), entre otras líneas de autobuses foráneas, explicamos. En cada terminal de autobuses como CAXA, por ejemplo, existe un servicio médico subvencionado por la SCT, independiente de las líneas de autobuses, que supervisa y verifica la salud general de los operadores que salen al mando de un autobús de esta terminal de pasajeros, el servicio médico checa que todos los operadores cuenten con las condiciones generales de salud óptimas de tal manera que no les impida ponerse al volante de una unidad que puede llevar hasta 46 pasajeros. Les revisan médicamente presión arterial, corazón, reflejos, vista, que no estén tomando medicaciones que alteren sus condiciones para manejar o les provoquen sueño, visión borrosa, etc. Ya sabemos que habrá personas escépticas de esto y que crean que a los conductores se les explota y se les obliga a trabajar de manera continuada cualquier cantidad de horas, sin contar con que supuestamente «se les obliga también a consumir cierto tipo de medicamentos» para mantenerlos despiertos, eso, creánnoslo, al menos en los tiempos recientes no existe, es un cuento chino, Ahora bien, usted se preguntará: ¿y entonces por qué hay choferes que de repente se quedan dormidos -pestañean- y provocan un accidente?, bueno, tal vez la respuesta sea porque nadie finalmente es infalible ni está exento de fallar en un determinado momento, pero de CAXA, al menos, no sale ningún operador al frente de un autobús si no reúne las condiciones de salud necesarias. Por eso sorprende que a los europeos, tan estrictos para sus cosas, se les haya escapado de sus férreos controles un tipo como Andreas Lubitz, el copiloto aparentemente responsable del avionazo en los Alpes, a quien ahora le quieren cargar los 150 muertos de tan infausto suceso, supuestamente porque estaba al borde del desquiciamiento mental. No es creíble o simplemente es increíble que haya pasado una cosa así en Europa.