La inspiración para escribir sobre este tema en particular deriva de una desagradable, engorrosa y desafortunada experiencia que me tocó vivir hace menos de una semana.
Comencé a recibir llamadas a mi oficina por parte del órgano interno de control de una dependencia de gobierno de la administración federal con sede en el Distrito Federal, con la cual yo nunca había tenido acercamiento alguno, buscándome por mi nombre y cargo, y haciendo referencia a una supuesta cotización para una licitación millonaria en la cual mi empresa teóricamente había participado, donde su proceso de auditoría interna encontró irregularidades en dicha licitación y tenían que comprobar la veracidad de las empresas concursantes.
No es nueva la manera en como muchas licitaciones públicas son ganadas en nuestro país, el procedimiento habitual es el requerimiento de tres cotizaciones en las que bajo la luz de la libre competencia, se elige la mejor opción en razón de calidad/precio, pero, ¿Qué sucede cuando una misma persona/empresa a través de prestanombres o robo de identidad, es el autor intelectual de las tres cotizaciones y por ende ganador de un contrato? Una pequeña muestra del círculo de corrupción en el que lamentablemente se encuentra inmerso nuestro país.
Ustedes se imaginarán mi sorpresa al descubrir que alguien, con alevosía y ventaja, fue capaz de robar y utilizar mi nombre, cargo, logo y nombre de mi empresa para realizar una cotización falsa para ganar una licitación en la que lo más probable es que el proyecto jamás fuera realizado y se haya incurrido en un desfalco y daño patrimonial a las finanzas públicas que acabamos pagando todos con nuestros impuestos.
Afortunadamente, fue un trabajo tan mal realizado que fue muy fácil demostrar la falsificación de la información, y gracias a esta experiencia me di a la tarea de investigar cómo se encuentra nuestro país en un tema tan poco tratado y regulado, los hallazgos fueron escalofriantes:
• Nuestro país se ubica entre los 10 primeros lugares en robo de identidad y daños ligados a fraudes por suplantación de identidad.
• Las principales vías donde ocurren los robos de identidad son las redes sociales y las compras por internet.
• En el año 2013, el IFAI tuvo conocimiento de 203 denuncias por violaciones a la Ley de Protección de Datos Personales.
• Para el 2014, el número de denuncias se disparó a 410, registrando un crecimiento del 100%.
• El IFAI estima que cada año se registran entre 150 y 200 robos de identidad con la finalidad de cometer actos ilícitos.
• Se estima que en promedio, 9 de cada 10 mexicanos llevan información suficiente en su cartera para ser víctimas de robo de identidad y fraude.
Como pueden observar, los datos duros y los números nos hablan de un crimen silencioso, poco regulado, poco denunciado y con escasa o nula protección para quien lo sufra, pero la realidad es que se trata de una tendencia que solo irá en aumento gracias al uso cada vez más extensivo de la tecnología y a la gran cantidad de datos que debemos proporcionar en prácticamente cualquier ámbito día a día, por lo que el objetivo de esta columna es tratar de generar conciencia y una cultura de prevención en el cuidado y en el manejo de nuestra información personal, profesional y financiera para evitar ser víctima de un crimen que hoy por hoy, no tiene solución.
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