El 26 de abril de 2013, la hija del que en aquel entonces era el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, Humberto Benítez Treviño, protagonizó un «escandalillo» en un concurrido restaurante de la colonia Condesa en el Distrito Federal, palabras más, palabras menos, la muchacha, a quien a partir de ahí sufrió el escarnio popular, fue bautizada en las redes como «Lady Profeco», en ese caso el gobierno federal actuó de innmediato y destituyó de su cargo a su padre, de la «Lady», el Lic. Benítez Treviño, que inclusive en esos días estaba convaleciente en su casa afectado en su salud. Con Benítez fueron dados de baja, sin mayores contemplaciones, otros 4 funcionarios que se prestaron al jueguito de la hija ya que se atrevieron a tomar represalias en contra del restaurant que, supuestamente, le había negado una mesa a la damita, bueno pues, la pregunta es: ¿que no se tendría que ser igual de resolutivos en el caso de David Korenfeld el escándalo que le rodea por haber utilizado para cosas privadas a un helicóptero de la dependencia (Conagua)?, más si se toma en cuenta que fue el propio Korenfeld el que calificó a su imprudente acto como «inexcusable», o sea, que no tiene excusa, ¡mí ni mo!