Nunca es demasiado, cuando se trata de nuestra seguridad. Desde el seno del hogar nos enseñaron a cuidarnos, a decir dónde y con quién estábamos, y a cumplir horarios de llegada a la casa tras una salida social o de trabajo. Antes sólo teníamos el teléfono fijo para comunicarnos, por si salíamos de viaje. Dicho aparato llegaba a ser el puente de comunicación con los vecinos. Siempre estábamos con el pendiente y nos cuidábamos.

Decir que el tiempo pasado fue mejor sólo exhibe nuestra incapacidad de adaptarnos a lo que el presente no brinda. El mejor tiempo es el que vivimos, sin importar las dificultades o bondades sociales. Así de fácil.

La semana pasada, la diputada Ana Cristina Ledezma López presentó un Anteproyecto de Punto de Acuerdo para solicitar al Poder Ejecutivo la Declaratoria de la Alerta de Violencia de Género.

Es posible que la Legisladora tenga razón al presentar dicho punto de acuerdo, como también es posible que no la tenga. No se trata de número y estadísticas, para determinar si procede o no. Eso lo tendrán que decidir sus homólogos del Congreso Local.

El tema es delicado por el simple hecho de que hablamos de pérdida de vidas humanas. Como mujer tengo que apoyar la propuesta de la legisladora Ledezma López. Como ciudadana, debo contar con más elementos para decidir si apoyo o no la propuesta.

De cualquier forma, es necesario que el Poder Ejecutivo asuma una posición, porque no se puede dejar de lado temas torales, como la seguridad pública.

La Diputada expuso en tribuna: Se debe “establecer las medidas y acciones preventivas de seguridad y justicia necesarias, de acuerdo con la naturaleza de la violencia. Se contempla una Policía especializada en protocolos de atención a delitos de violencia de género, encabezada por mujeres, en los lugares y zonas de mayor inseguridad.”

Habrá que esperar la decisión colectiva que asuma el Congreso del Estado, en relación con el tema que hoy nos ocupa. Mientras esto sucede, no está por demás que sigamos con nuestras medidas preventivas desde el hogar.

Saber dónde y con quién están nuestras hijas e hijos. Reforzar nuestra comunicación con base en la confianza y respeto. Esto implica que también nosotras debemos avisarles dónde estamos y a qué hora regresaremos a casa.

No se trata de recluirnos en nuestros hogares, porque nunca lo hicimos y no es momento de empezarlo a hacer. Este es nuestro tiempo y tenemos que disfrutarlo de la mejor manera. La vida sigue y nuestros descendientes tendrán que aprender a sobrellevar su época y transmitir sus experiencias, tal y como lo hacemos nosotras con ellos.

En este contexto, la diputada Ana Cristina Ledezma dijo: “Se contempla también generar una estrategia de información y orientación a la población, para que conozca y colabore en las acciones preventivas coordinadas que realizan las autoridades municipales con las policías asignadas a esta tarea.”

Por hoy es todo. Le deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.