zairosas.22@nullgmail.com
A estas alturas ya todo mundo debe saber de los comentarios de Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), mismos que fueron calificados como discriminatorios, por la manera de referirse hacia los pueblos indígenas. En la conversación privada que se difundió de manera anónima, se puede escuchar al servidor público, mofarse de uno de los líderes de pueblos indígenas e incluso proponer la escritura de unas crónicas marcianas desde el INE, una versión Reloaded de la hecha por Ray Bradbury.
Lo preocupante entonces ¿qué es?, ¿las declaraciones intolerantes de uno de los servidores públicos? o ¿la difusión de conversaciones privadas del Presidente del Instituto Nacional Electoral?, estrictamente hablando, lo dicho por Lorenzo Córdova fue desafortunado e irrespetuoso, tal como él lo dijo; pero apelando a la ley no hay discriminación alguna ya que no negó ningún derecho a nadie ni menoscabó libertades, por eso, ni el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) pudo emprender acciones legales.
Sin embargo, lo que sí es un hecho, es la violación a la privacidad de una persona, quien además, ostenta uno de los cargos públicos más observados ahora que se avecinan elecciones y lo que deberíamos preguntarnos no sólo es el por qué alguien como Lorenzo Córdova vigila nuestra democracia, si no también ¿Quién lo está vigilando a él?. El espionaje no es novedoso, Córdova no es el primer político afectado por la divulgación de contenidos privados, pero sí es algo preocupante.
Quizás Lorenzo hablaba de la obra de Ray Bradbury a manera de broma, pero si analizamos el contexto de la misma, Marte es conquistado por seres humanos y al final termina siendo una nueva tierra dónde se replican los errores de guerras, racismo, egoísmo, etc. Su analogía no dista mucho de la realidad, somos seres humanos gobernados por personas que se burlan de aquellos a quienes están obligados a servir, gobernados por funcionarios que no pueden más que justificarse diciendo que su conversación era privada y que eso dista de sus labores como funcionario. Pero esos mismos seres están siendo vigilados por alguien más, que si bien puede difundir los comentarios de “gran toro”, es probable que el espionaje abarque asuntos delicados como las próximas elecciones.
Lo grave es el espionaje a quien tiene el deber de vigilar nuestra democracia, porque se puede tener acceso a datos que ponen en riesgo los próximos resultados electorales, y si hay alguien que sabe cómo modificarlos quizás tengamos que enfrentar no sólo comentarios deplorables sino también mandatarios que no respetan garantías ni derechos humanos.