Buen día apreciado lector:
De pronto la noche se le vino encima al periodista y reportero gráfico Pedro Noé Valdés y a su familia.
Una extraña enfermedad se le ha metido en el cuerpo y los médicos de Xalapa y la familia luchan desesperadamente por su vida.
Hace alrededor de dos meses lo operaron aquí de una enfermedad que le hacía una bolsa al corazón y se llenaba de agua, algo así; al poco tiempo se le repitió el mal y la semana pasada lo volvieron a operar de lo mismo y los médicos decidieron que este pasado lunes 8 de junio debía ser checado al mediodía en el Hospital ABC del Distrito Federal para un estudio.
El estudio costaba 29 mil pesos, luego el costo aumentó a 38 mil por traslado en ambulancia, luego le dijeron a la familia que debía quedarse en terapia intensiva y entonces ya había que pagar 250 mil.
Por la noche del lunes los mercaderes del ABC consideraron que se debía operar a corazón abierto ayer martes, para ello tenía que garantizar un pago de un millón 200 mil.
La familia no podía pagar la estratósfera cifra y decidieron regresar, a las tres de la mañana, al reconocido hospital xalapeño donde ayer y hoy lo atenderían de una tromboflebitis y mañana jueves esperan operarlo a corazón abierto.
Todo eso como es obvio, también aquí es muy caro, aunque la atención es más diplomática.
Por lo tanto, a nombre de su familia este reportero se atreve a hacer un llamado a los amigos y a la gente generosa que ayude a Noé y a su familia, con una aportación económica a la cuenta Banamex Perfiles, Clave interbancaria 002840010180675590, a nombre de Margarita Andrade Romero ó a la cuenta número 2783580342, a nombre de Noé Alán Valdés Andrade, en Bancomer.
Oalá la gente del gobierno del estado, de la política, los empresarios, los compañeros de los medios de comunicación, de las fundaciones, de los clubes, reflexionen en favor de esta causa y ayuden a quienes hoy lo necesitan con urgencia y desesperación.
Todavía hace poco en su primera convalecencia Noé escribió en su columna Fotocomentadas, relatando “Un paseo con los Ángeles”, en relación al nosocomio donde lo atienden:
“¡Hola!, ¿me extrañaron, amables lectoras y lectores?, la semana pasada por causas de fuerza mayor ajenas a mi voluntad, no pude escribir mi texto; pero está justificado, fue un tropiezo de salud que no se lo deseo a nadie. En casi quince días, mi cuerpo ha sido un campo de guerra, se han librado batallas entre microbios, bacterias y quien sabe cuántas hierbas más, contra el invento del hombre que ha salvado muchas vidas, los antibióticos, bueno, han sido tantas batallas, que Napoleón se queda chiquito, más de lo que era.
“Los Ángeles mayores, los que estuvieron coordinando para que todo se superara, fueron el Cardiólogo David Jiménez Zepeda y el Neumólogo, Emilio Barrientos y, un ejército de enfermeras, enfermeros, operadores de Rayos X, del tomógrafo y el doctor Pale quien hace funcionar muy bien y tiene todo el conocimiento del eco-cardiograma, también la supervisión del doctor Domínguez, que aunque es joven, somos viejos amigos; a todos mi gratitud.
“El ejército de enfermeras siempre estuvo pendiente de que todo funcionara bien, de que el suero fluyera y de que los medicamentos se suministraran a tiempo, acatando al pie de la letra las instrucciones del doctor Jiménez y del doctor Barrientos y que decir de las nutriólogas, ellas juegan un papel importante, se encargan de que los pacientes estén siempre con los alimentos, las calorías y todos los necesarios. Afortunadamente todo se fue resolviendo bien. Lo que en realidad me sucedió se llama “derrame pericardico”, es algo que le sucede a una persona, en un millón y desafortunadamente a mí me vino a tocar.
“Lo quise comentar en este texto, no para que se me vea como protagónico, sino para que todos los que lean esta líneas, se preocupen por su salud y que si están comiendo sano, durmiendo bien, haciendo ejercicio y aun así están subiendo de peso, ¡aguas!, es posible que no sean efectos de los alimentos, es posible que estén reteniendo líquidos y sin darnos cuenta estamos enfermando”.
Más adelante aconsejaba no dejar “para mañana” los chequeos y que cuando ingresó al hospital no estaba enfermo, estaba grave.
Luego se dijo “en franca recuperación”; que las altas temperaturas ya estaban en la normalidad, que su cuerpo absorbió de manera positiva todos los antibióticos y ya estaba de nuevo en el aire, esperando el alta de los médicos.
Decía también: “la nueva oportunidad de vida que mi Dios me da, me invita, me inspira a seguir luchando –a través de mis textos- que queramos más nuestra madre tierra, que no tiremos basura en la calle, basura que después con los aguaceros causen estragos a los habitantes de la ciudad de cualquier parte del mundo, que no contaminemos las lagunas, los ríos, los mares, que reforestemos el campo, que lo hagamos producir para que tengamos nuestros propios alimentos y no dependemos más del petróleo.
Que en las grandes ciudades de Veracruz y de nuestro querido México, se tomen las medidas pertinentes al tránsito de vehículos para que no los dejen colaborar con el calentamiento global, que ya se deje de lanzar contaminantes al espacio, que haya menos atascos en todas las ciudades, que vivamos en santa paz, que nos olvidemos de las envidias, los odios y los rencores, -eso seca el alma-, que el amor por la vida sea la fuerza para seguir en este mundo y que nos apoyemos, todos, como lo que somos, hermanos. Así sea”.
Y así como vemos el panorama lleno de nubarrones para ellos, insisto en que Noé, su esposa Margarita y sus hijos necesitarán de ayuda económica, pero también y mucho, de la ayuda celestial por medio de las oraciones.
Hoy por mi…
gustavocadenamathey@nullhotmail.com