Independientemente a todos los negativos pronósticos que se hicieron sobre lo difícil que sería llevar a cabo el proceso electoral que aún estamos viviendo, la realidad es que con contadas excepciones, tanto a nivel estatal, como nacional, se puede considerar que el Instituto Nacional Electoral (INE), superó su primera prueba de fuego.
Proceso que puede considerarse así, como prueba de fuego para el árbitro electoral, por dos importantes razones: el estreno del INE como autoridad electoral y la entrada en vigor de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE), que sustituye al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE).
Como sucede generalmente en las elecciones intermedias el electorado no se vuelca en las urnas, situación que se presentó en esta elección, pues este tipo de proceso electoral no enciende las pasiones que logran los procesos municipales y en algunos casos de legisladores locales y muy remotas veces las de gobernador.
Así tenemos que aquí en esta entidad sufragó solamente el 44.9 % del padrón local, lo que por un simple cálculo aritmético se deduce que el enemigo a vencer continúa siendo el abstencionismo que alcanzó un porcentaje del 55.1. Cifra superior indiscutiblemente a la que pudieron obtener, por separado, cada uno de los 10 partidos políticos que participaron.
Por lo que respecta a los controvertidos votos nulos, en este estado la cifra es de aproximadamente 125 mil 943 sufragios, que es el 5 por ciento de la votación total obtenida durante la jornada electoral, que es de 2 millones 453 mil 582 votos. Sufragios que también representan un porcentaje superior a los votos obtenidos por varios de los partidos participantes.
Votaciones y porcentajes, tanto los nulos como los electores que no salieron a sufragar, que representan cantidades que están por encima de los que se consideran votos útiles y que son con los que se llevan a cabo los conteos en las casillas, para así poder determinar quién es el candidato ganador.
Situaciones que por donde se les analice, representan la inconformidad, el hartazgo, la desconfianza que la población, o sea los electores, le tienen a la mayoría de los integrantes de la llamada desprestigiada “clase política”. Lo que también ha quedado representado en la forma en que obtuvieron su triunfo algunos de los poquísimos candidatos independientes que lograron obtener su registro y participar en la contienda electoral. Teniendo como caso emblemático el triunfo del apodado “Bronco” a la gubernatura del Estado de Nuevo León. Acción que al presentarse por primera ocasión la oportunidad de candidaturas independientes , con no solamente todos los pronósticos en contra, sino también todos los partidos políticos, llegaron a obtener algunos triunfos, los cuales para el próximo proceso electoral federal, seguramente se multiplicarán, lo que es indicativo que además de gobernadores independientes que pueda haber, también habrá más alcaldes, y legisladores locales y federales, los que pueden llegar a ser una pesadilla para los gobiernos estatales y el federal en turno. Pues todo indica que esta figura política que se le dio la oportunidad de contender por primera vez, aumentará. Hasta el viernes. noti-sigloxxi@nullhotmail.com