La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti. John Donne, Devotions Upon Emergent Occasions
¿Qué tal apreciado lector?
Poco antes del mediodía de este nublado y lluvioso martes de junio, las añosas campanas de las torres de la Catedral Metropolitana de Xalapa, impresionantes, comenzaron a alertar a la población y llamar a duelo: “¡talánnn!, ¡talánnn!”.
Eran dos toques insistentes pero lentos y separados; mientras el cuerpo era conducido desde el interior del templo hacia el cementerio, el clamor del bronce de dos campanas distintas hacían enchinar la piel y a la vez avisaban del fallecimiento de un buen hombre.
Poco antes, el padre Rafael González Hernández había oficiado la ceremonia de despedida de este mundo terrenal, del periodista Pedro Noé Valdés.
González Hernández todo un personaje en Xalapa, creyente a morir en su incansable lucha por probar la santidad del obispo, no hace mucho logró colocar como un nuevo santo en las alturas del reconocimiento oficial del Vaticano, del adorado Papa Juan Pablo II y de todos los cardenales de la iglesia católica, allá en la Roma eterna, a nuestro Monseñor Guízar y Valencia, hoy San Rafael Guízar y Valencia.
Reconoció que Noé en vida no era una perita en dulce, justificó que todos cometemos errores pero que Dios nos llama para estar con él porque también tenemos puntos a favor.
A mi amigo Noé yo siempre le vi lo bueno, su buen humor, su preocupación por la vida en armonía, por la ecología; “a seguir luchando por nuestra madre tierra, que no tiremos basura en la calle, basura que después con los aguaceros causen estragos a los habitantes de la ciudad de cualquier parte del mundo, que no contaminemos las lagunas, los ríos, los mares, que reforestemos el campo, que lo hagamos producir para que tengamos nuestros propios alimentos y no dependamos más del petróleo”, escribió no hace mucho.
Noé fue velado en la funeraria del SUTERM a donde llegaron numerosos amigos, entre ellos los del grupo de Florentino y su arpa, y al día siguiente en la catedral donde Rosy Gutiérrez del Coro de la UV, al final de magistral forma entonó el Ave María, de Schubert.
Su cuerpo fue cremado al mediodía en Bosques del Recuerdo y sus cenizas descansarán en los nichos de la iglesia de San Pío X en la calle de Araucarias.
Hay que agradecer que la ayuda ha comenzado a fluir poco a poco para que su familia cubra la enorme deuda que le ha dejado esa extraña enfermedad que lo aquejó.
Durante un desayuno el lunes con periodistas de la región, el gobernador Javier Duarte ofreció que su gobierno no los dejará solos. Que así sea.
DORMIR BIEN
¿Qué tal duermen amables lectoras y lectores?, ¡bien!, qué bueno, solía escribir Noé al final de sus Fotocomentadas y decía;
“Seguramente duermen bien porque…”, y este reportero agregaría siguiendo el consejo de mi amigo, seguramente porque se sienten sanos, se preocupan por su salud, “ah, pero si están comiendo sano, durmiendo bien, haciendo ejercicio y aun así están subiendo de peso, ¡aguas!, es posible que no sean efectos de los alimentos, es posible que estén reteniendo líquidos y sin darnos cuenta”, porque cuando el xiqueño ingresó al hospital no estaba enfermo, estaba grave. «En consecuencia estemos enfermando”, advertía y recomendaba: “por eso nóo hay que dejar para mañana los chequeos». Hoy ya duerme el sueño de los justos.
Descanse en paz Pedro Noé Valdés.
gustavocadenamathey@nullhotmail.com