Sí, lo concedo, ni modo, es cierto: en el PRI hay ya una larga cauda de aspirantes a la candidatura de 2016 para ser Gobernador de Veracruz. Son más o menos, al corte de hoy, 13 los apuntados por la prensa, en los corrillos o hasta por ellos mismos (Pepe y Héctor; Beto, Erick, Jorge y Adolfo; Ramón; Tomás, Flavino y otro Ramón; José Antonio y Fernando, y Alex).
Pero si son tantos en las filas tricolores, en la oposición no se quedan atrás, porque en todos los partidos hay ilusiones, aspiraciones y sueños, de ilusos aspirantes y ensoñadores que piensan que en una de ésas podrían logran el anhelado triunfo (hay otros, más objetivos aunque perversos, que le tiran para ver qué raja sacan, pensando en la posibilidad de que los busquen para negociar con ellos a fin de que apoyen a algún otro precandidato).
El Verde irá sin duda en alianza con el PRI. Ni hablar.
Pero en las filas del PAN veracruzano hay tres tiradores manifiestos: Miguel Ángel Yunes Linares, Juan Bueno Torio y el recién autodestapado Víctor Serralde Martínez (para quienes no lo conocen fuera de su distrito, es el diputado federal por Huatusco). A ellos habría que agregar a los dos hijos de Yunes: Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez, y en una especie de gabinete ampliado, se está anotando a Abel Cuevas Melo y Alejandro Vázquez (también) Cuevas.
La pugna interna panista puede ser tan intensa como la que es inevitable en el PRI, e igualmente intervienen los gustos y los intereses, los grupos y las complicidades, las familias y las amistades y compadrazgos. Y rebasa los rumbos veracruzanos, porque nuestro estado es un pastel que cualquier político mexicano se querría comer. Por ello, en las filas de Acción Nacional se enderezan los grupos maderistas con un gallo, y la corriente calderonista impulsa a otro, y así sucesivamente.
Por el lado de los partidos que se acomodan dentro de la izquierda veracruzana -algunos con mucha razón y otros sin ella-, la cosa parece más complicada, debido sobre todo a la atomización por la que están pasando a nivel nacional.
Veamos. El PRD podría postular a dos tipos de candidato, surgidos uno y otro en las filas de las dos corrientes que tiene en Veracruz, que son los rojos y los amarillos. Ahí se apuntan Agustín Mantilla Trolle, Rogelio Franco Castán, Sergio Rodríguez Cortés. Habría que anotar aquí al diputado local petista Fidel Robles Guadarrama, que es de lo rescatable que tiene la izquierda, y podría ser tomado en cuenta si su partido pierde el registro, como todo hace indicar.
En Movimiento Ciudadano hay un solo candidato, como siempre, Dante Delgado Rannauro, quien anda coqueteando con Andrés Manuel López Obrador para treparse al autobús de la preferencia ciudadana que consiguió Morena en la reciente elección de diputados.
No obstante, muchos ven que el candidato del lopezobradorismo en Veracruz será Uriel Flores Aguayo, buen diputado y luchador social de currículum intachable.
Y luego, los chiquitititos: por el PES, Gonzalo Guízar Valladares; por el AVE. Alfredo Tress Jiménez.
Nombres, nombres y más nombres, que se irán desgajando en las semanas y los meses…
sglevet@nullgmail.com
Twitter: @sglevet
Facebook.com/sglevet