“¡Qué cosas, a dónde teníamos que llegar, y todavía lo que nos falta!”, me comenta, molesto, mi amigo Crisóforo a quien desde hacía varios meses no le veía en el tráfico tortuoso de 400 y más manifestaciones de nuestra linda Xalapa. Noté que Crisóforo no sólo estaba enojado por la ciudad que se nos va yendo como el país mismo, sino triste y con un tanto de miedo. “¿Está enfermo, amigo?”, lo inquirí. Un no seco obtuve como respuesta. Iba a preguntarle sobre su situación, pero creo que lo advirtió y me dijo: “Nada, mi patrón, sólo que hace unos días desapareció un familiar y no sabemos nada de él, y ya sabe, las autoridades nada de nada, hasta nos mandan a la chingada, nos dicen que si llegan a saber algo del paradero, pos ahí nos avisan”. No supe qué decirle, íbamos rumbo al centro, detuvo el taxi, fastidiado, ante el tráfico que estaba denso y lo oí decir: “Ojalá le dé tiempo al alcalde componer esta mierda de ciudad, está haciendo lo suyo, se le reconoce, anda de aquí pa’ allá, inaugura obras, pero en esto de la circulación vial creo que hay muchos intereses y la cosa no es tan fácil, hace falta lana, pero ahí la lleva, tiene carisma, seguro que llega más alto”. Así lo creo, y pienso en la riqueza, con la que aún cuenta México, pero mal distribuida, o más bien vorazmente arrebata para unos cuantos.

Hace unos días, la titular de Sedesol, Rosario Robles, dijo que se ha realizado un esfuerzo extraordinario para llegar a los más pobres entre los pobres. Y dan cifras y cifras, a favor, claro. Pero la pinche hambre ahí sigue, frente a las narices de todos. Investigadores chingones lo han dicho: seguiremos igual o peor. La Cruzada Nacional contra el Hambre está valiendo pura m…igajas. Y eso refiriéndonos nomás al hambre.

Crisóforo acelera. Nos quedamos callados. Media hora después me deja frente al parque Juárez y me dice: “Mire, mi patrón, donde quiera se cuecen habas, pero aquí en México ya ni la chingamos”. Sonríe y lo aborda uno que se parece al líder de los… ¿cuántos pueblos? Entonces recordé que mientras en el país hay 53.3 millones de pobres y 23 millones en extrema pobreza, según el Coneval, cuatro hombres concentran la mayor parte de la riqueza: Carlos Slim Helú, Germán Larrea Mota-Velasco, Alberto Baillères González y Ricardo Salinas Pliego, con el 9% del PIB nacional. Migajas, ¿no?

De cinismo y anexas

Cada día me da más temor andar en la calle. Ya no sé quien es quien. Si de por sí dicen que desde siempre usamos máscaras y somos hipócritas. Ahora el asunto es peor. Hay que cuidarse más, no sólo las espaldas, sino todo uno completo. Saben a lo que me refiero.

La Procuraduría General de la República está publicando imágenes y nombres de personas desaparecidas con la pregunta: “¿Has visto a…?” Luego da detalles para que, si alguien lo ha visto, lo reporte. ¡Ay, nanitas, uno por día! ¿Cuántos desaparecidos hay?

Pero para no ponerme pesimista, me contaron el siguiente chiste: “El ladrón, pistola en mano, entra en un banco:

–A ver, todo el dinero, ¡rápido!

Nada más recibirlo del cajero, el ladrón se da la vuelta y pregunta al cliente más cercano:

–Oye, tú, ¿has visto algo? ¿Me acabas de ver robar?

Aquel hombre, nervioso, le contesta:

–Claro, claro que le he visto…

Va el tipo y le pega ocho tiros. De inmediato, se dirige a dos mujeres y un hombre que tenía enfrente y le dice al hombre:

–Y tú, ¿tú me has visto robar en este banco?

Y el hombre contesta:

–No, yo no he visto nada, pero mi mujer y mi suegra no se han perdido detalle…”

Por lo pronto, ahí se ven.