Independientemente de la opinión que se ha dado sobre lo exitoso del proceso electoral que terminó de parte de varios de los actores políticos que participaron en el evento. Lo que continúa molestando a la población es el alto costo que estos procesos tienen en nuestro país.
Después de la desaparición del Instituto Federal Electoral (IFE), por el desgaste tan fuerte que tuvo en su operación, el cual fue causado por la intromisión que tuvieron los partidos políticos y que se pensó podría evitarse con una nueva legislación, los resultados que conocemos lamentablemente indican que aunque se dio el cambio, por el Instituto Nacional Electoral (INE) la intromisión continuó.
Muestra de lo citado es la forma en que se comportó el devaluado y falso Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que por lo violatorio a las normas electorales y reincidente que fue en algunas de sus acciones, debería de haber perdido el registro como partido según lo indica la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE), pero la sanción no se dio.
Situación que deja el nuevo INE en una posición similar a la que motivo la desaparición del IFE, pues las únicas sanciones que impuso al PVEM fueron una serie de multas, las cuales no le costaran a este partido político, pues el monto de éstas le serán descontadas, no de su patrimonio, sino de las prerrogativas que recibirá, lo que es bastante barato, si se comparan con los logros políticos que obtuvo con su corrupta actuación.
Lo anterior es una muestra de que aunque se cambió la legislación correspondiente, la parcialidad de la institución federal electoral continúa, así como también el alto costo de su operación. Pues para el próximo año, ya le está solicitando al Congreso de la Unión un presupuesto de tres mil millones de pesos, solamente para el funcionamiento ordinario de los partidos políticos. Los cuales también recibirán de parte de los Organismos Públicos Locales Electorales, las prerrogativas que les correspondan.
Totalidad de gastos que tienen como objetivo que las diferentes instancias políticas que hay en el país, participen en los procesos electorales en igualdad de circunstancias, lo que realmente no se ha logrado, pues mientras unos partidos reciben cantidades superiores a los mil millones de pesos, otros apenas reciben entre doscientos o trescientos millones, lo que hace una diferencia muy grande entre unos y otros, por lo que la equidad queda fuera de toda lógica.
Lo que realmente debe pasar en México en cuanto al costo de nuestra democracia, es que ésta debe de ser financiada por aquellos que les interese participar en ella directamente, que vivan dentro del ámbito público, que vivan de la política. Y que sean los militantes de los partidos lo que los mantengan, pues supuestamente forma parte de ellos, porque creen en su ideología y sus beneficios. Tema que debería ser abordado por los legisladores al Congreso de la Unión, pero que no lo hacen, porque no les conviene dejar de vivir de los dineros del pueblo de México, lo que además de ser muy cómodo, es muy seguro. O ¿Cuál es la razón por la que de nuestros impuestos se debe mantener a los partidos políticos? Solo porque en el pasado a algún vividor de la política se le ocurrió y lo logró poner en la ley. Creo que no es una razón de valor ético. El pago de nuestros impuestos es para que el Estado mantenga a sus instituciones y otorgue a sus gobernados los beneficios que debe como son: salud, educación, seguridad, empleo y otros satisfactores de primer orden, pero no para la manutención de partidos políticos. Hasta el lunes noti-sigloxxi@nullhotmail.com (Fech. Púb. Vier. 7-agosto-15)
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