• Héctor Yunes Landa – De rebelde fidelista a sumiso duartista
• Erika Ayala – presencia de bases partidistas y de máscaras
En el sexenio pasado se le llamó el rebelde consumado, así lo nombró el excelente columnista Alfonso Mora Chama, pues según lo cita en su publicación, era el único que se atrevía a desafiar al político de Nopaltepec. Y era cierto, Fidel Herrera Beltrán nunca confió en él, hasta el momento sigue pensando lo mismo del Senador Héctor Yunes Landa y sigue más que enfrentado con él. No se equivocó y de intentar aparentar ser un representante popular aguerrido y preocupado por las verdaderas necesidades de los veracruzanos que representa en el Congreso de la Unión y por lo cual le pagan bastante bien, ahora se ha vuelto un sumiso trabajador del Gobernador, Javier Duarte de Ochoa, a quien tan sólo meses atrás criticaba agriamente en privado y en público. Sin embargo después de su Informe se convirtió en un tierno borreguito. Sorpresa y tan sólo por un evento y unas cuantas posiciones! Pues salió más barato de lo que pudiéramos imaginar. Esta es su verdadera naturaleza y en aras de lograr su obsesión de ser candidato al Gobierno del Estado no le ha importado pisotear ni dejar en el camino a seguidores que realmente creían en su proyecto por no ser afín al actual gobernante. Ni hablar vino el desinfle, como dice la canción del inolvidable Pedro Infante y eso la opinión pública se lo ha hecho ver y lo que es peor, sus seguidores que poco a poco lo van dejando solo…y esto apenas inicia.
• El registro de Erika Ayala para la Secretaria General de la CNOP fue una verbena popular, en donde se dieron cita diputados federales, las bases partidistas y la juventud. Si alguien creía que esta posición se la dieron al Senador Héctor Yunes Landa seguramente es porque trae perdido la brújula, pues la próxima dirigente del sector popular tiene la trayectoria suficiente para no necesitar de “padrinos”, ella ha forjado durante años su carrera política y los resultados están a la vista. Por cierto llamó la atención ver tantas mujeres de la política que están verdaderamente irreconocibles por cirugías, botox y operaciones para reducir cinturas, borrar arrugas y levantarse alguna que otra parte de su cuerpo, como fue el caso de Martha Montoya, Zita Pazzi, Lupita Porras, Gladys Merlín, Rosa Luna y por cierto hasta uno que otro diputado federal presente, pues los hombres también son vanidosos. Ni hablar la verdad es que muchas de ellas son en verdad muy difícil de reconocer por los cambios tan drásticos que han sufrido en su físico. Por eso fue grato ver a Anabel Ponce y Erika lucir tan naturales y guapas como siempre, sobre todo trabajando en serio, no como meras figuras decorativas. El equipo que han conformado ha resultado exitoso ya que ambas se han forjado con trabajo real, contacto directo con los militantes desde los puestos que han ocupado y sensibilidad en su trato con los medios de comunicación. Aprendan “barbies”…
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