Sobre el genocidio perpetrado por los nazis contra los judíos en el contexto de la segunda guerra mundial, se ha escrito muchísimo, abundan documentales, películas, libros, notas periodísticas, reseñas, etc. pero existe un libro publicado en 1947, que sin duda alguna, es de los libros más leídos sobre el holocausto judío, me refiero al famoso: Diario de Ana Frank.
Lo primero que quiero mencionar es que el Diario de Ana Frank, es una obra meramente autobiográfica escrita a través de un diario personal. La historia que Ana nos cuenta a través de su diario, a pesar de tener un final triste, trágico e impresionante, es una lectura entretenida, fluida, agradable, enriquecedora e ilustrativa, porque Ana narra vivencias personales que van más allá de la guerra, del holocausto judío. Ana Frank sin pretenderlo, escribió una obra literaria que debería ser lectura canónica preferentemente para adolescentes y padres de familia.
Originalmente el libro salió publicado en Holanda el 25 de junio de 1947, bajo el título: La Casa de Atrás, una vez conocida la historia de los ocho judíos que vivieron dos años escondidos contra el terror y perseguimiento nazi, la obra atrajo el interés de lectores en todo el mundo, el diario ya es un clásico de la literatura e incluso la casa donde Ana lo escribió, hoy es un museo donde se encuentran los papeles originales que Ana utilizó para escribir su diario.
Ana Frank había nacido un 12 de junio de 1929 en Alemania, en 1933 cuando Adolfo Hitler llegó al poder, la familia Frank se fue a vivir a Holanda. Ana tenía 13 años de edad cuando se vio obligada a esconderse con su familia para salvar su vida, éste dato no es menor, porque el diario lo termino de escribir el 1 de agosto de 1944, y de verdad es sorprendente y maravilloso que una niña de 13 años de edad haya escrito una autobiografía donde aborda temas de familia, amistad, amor, relaciones humanas, convivencia, tolerancia, y por supuesto, no podía faltar el origen del encierro que se resume en el terror nazi, el holocausto, las invasiones, la guerra en plenitud.
Ana Frank inicia su diario el domingo 14 de junio de 1942, ella y su familia que incluía a sus papás y su hermana Margot, más tres personas (un año después llegaría el judío Albert Dussel), se habían escondido en una casa diseñada para dicho propósito, desde el 6 de julio de ese mismo año, lo primero que escribía Ana desde su escondite es lo siguiente: “El viernes 12 de junio me desperté antes de las seis, cosa comprensible ya que era mi cumpleaños.”
Cuando Ana empieza a vivir el horror del encierro, que incluye soledad, desesperación, angustia, tristeza, hambres, etc. y lo peor es que la guerra estaba en plenitud, teniendo muy pocas esperanzas del restablecimiento de la paz mundial, todo esto implicaba que Ana y su familia podían pasar varios años escondidos para evitar la muerte, en este contexto tan desesperante, Ana imaginariamente crea a una amiga la cual se llamará Kitty, es decir, su diario: “Esta es la razón de este Diario. A fin de evocar mejor la imagen que me forjo de una amiga muy esperada, no quiero limitarme a simples hechos, como muchos lo hacen, sino deseo que este Diario se convierta en la amiga. Y esta amiga llevará por nombre Kitty.”
Ana Frank le va contando con absoluta confianza a su amiga Kitty, todo lo que va sucediendo: “Viernes 9 de octubre de 1942. Querida Kitty: Hoy no tengo más que noticias deprimentes. Poco a poco muchos de nuestros amigos judíos son embarcados por la Gestapo que no se anda con rodeos; son transportados en furgones de ganado a Westerbork, en Drente, que es el gran campo para judíos. Este lugar debe ser una pesadilla; duermen amontonados unos sobre otros en cualquier lugar. Duermen juntos hombre, mujeres y niños. No hay escapatoria. La gran mayoría está marcada en el cráneo, que se encuentra afeitado, y otros, además por su tipo de judíos. Sabemos que esas pobres gentes habrán de morir. La radio inglesa habla de cámara de gas. Creo que esa es una de las mejores maneras de morir sin sufrir tanto. Eso me enferma.”
Con lo antes transcrito del diario no se necesita más para comprender el dolor y horror que vivía Ana Frank, sin embargo, ella siempre tuvo un espíritu fuerte y positivo, si hay algo que está muy claro en la lectura es que Ana quería vivir, ser escritora o periodista, tener hijos, por eso aunque en el encierro tenía momentos de depresión, siempre Ana fue la persona de mayor espíritu, leía mucho, aprendía lenguas, taquigrafía, escribía cuentos, es por ello que el Viernes 16 de octubre de 1942 le platicaba a su amiga Kitty: “He leído ya “De Stormers”. Considero a Cissy Van Marxveld un autor excelente, y mi mayor ilusión es leer todos sus libros a mis hijos.”
En muchas ocasiones la adolescente Ana se sentía incomprendida por sus padres, había discusiones, malos entendidos, y en esos momentos de soledad o enojo, Ana acudía a su fiel amiga para desahogarse: “Sábado 7 de noviembre de 1942: Siempre me tratan de la forma más inesperada. Un día Ana es una chica seria, inteligente, y al día siguiente es una tonta que no comprende nada, y que todo lo ha aprendido de los libros. Ya no soy la bebé ni la niña mimada que causaba gracias haciendo cualquier cosa. Tengo mis propios ideales, mis planes y metas, pero aún no sé expresarlos. Al fin de cuentas siempre vuelvo a mi Diario.”
Ana Frank encontró en el arte la forma vivible de una vida invivible, para ella la razón de su existir y las ganas de vivir después de la guerra era porque quería escribir, el martes 4 de abril de 1944 le expresaba a su amiga Kitty: “Quienes no escriben desconocen lo que es maravilla. Y si no tengo bastante talento para ser periodista o para escribir libros, ¡bah! Siempre podré hacerlo para mí. No puedo imaginarme viviendo como mamá y todas esas mujeres que cumplen con du deber y son olvidadas más tarde. Además de un marido y varios hijos, necesitaré tener otra cosa. Al escribir me libero de todo, mi pesar desaparece y mi valor renace.”
Leer el Diario de Ana Frank, es una experiencia única e impresionante, sinceramente cuando estaba acercándome al final de la lectura, tenía la fe depositada en un final feliz, pero lamentablemente no fue así, hay tantas cosas que quisiera compartir de esta lectura, como cuando el miércoles 29 de marzo de 1944, Ana le cuenta a su querida amiga Kitty: “Anoche, durante la transmisión de radio, el ministro Bolkestein dijo en su discurso que después de la guerra se coleccionarían cartas y memorias relativos a nuestra época. ¡Imagínate una novela sobre el Anexo publicada por mí! ¿Verdad que sería interesante?”
Finalmente el martes 4 de abril de 1944 Ana Frank le expresó a su fiel y singular amiga Kitty: “Quiero seguir viviendo, aún después de morir. Por eso le agradezco a Dios que, desde mi nacimiento, me dio una posibilidad: la de desarrollarme y escribir, es decir, la de expresar todo cuanto acontece en mí.”
El martes 2 de abril de 1943, Ana le dijo a su amiga Kitty: “En el futuro no le tendré miedo a la verdad, pues cuanto más tarde en decirla, más costará oírla.” En este caso la verdad es que Ana Frank interrumpió su diario, porque la Gestapo interrumpió su vida, el 4 de agosto los ocho judíos escondidos fueron arrestados y enviados a campos de concentración, a pesar de ello, no hay la menor duda que Ana Frank cumplió su anhelo de vivir después de morir, esta columna es un sencillo ejemplo.
Correo electrónico: miguel_naranjo@nullhotmail.com

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