En medio de una crisis terminal del gobierno del general Otto Pérez, acusado de dirigir, junto a su vicepresidenta, hoy en la cárcel, una compleja red de corrupción para saquear el erario público, el próximo domingo 6 de septiembre se celebra la primera vuelta de la elección presidencial y en caso de necesidad la segunda vuelta el 25 de octubre.
De los candidatos de los 17 partidos que se ha presentan, sólo tres tienen posibilidades. Según las últimas encuestas, la intención del voto favorece a Manuel Baldizón, del Partido Líder, con 30-34%, seguido de Jimmy Morales, candidato independiente, con 14-16%, y Sandra Torres, del Partido UNE, con 12-14 por ciento. Si no hay sorpresas, habrá una segunda vuelta en la que participarán Baldizón y Morales.
Días atrás en un viaje que realizamos Jorge G. Castañeda y yo, por Centroamérica, en Guatemala, nos reunimos con funcionarios públicos, empresarios, dirigentes de la sociedad civil, académicos y líderes sociales que nos hablaron de la difícil situación que vive el país y el hartazgo ciudadano, de la corrupción en la que están inmersas todas las instituciones del gobierno, que es dirigida desde las más altas esferas del poder. Nos decían que el modelo de organización política había llegado a su fin y era necesario un cambio de fondo.
Con quienes platicamos nos aseguran que antes, las elecciones en el país generaban esperanza de cambio y que ésta se renovaba cada cuatro años, pero ahora la posición de la ciudadanía es que gane quien gane nada va a cambiar y la situación seguirá igual. El clima en el que se realizan las elecciones es de un escepticismo total. Aseguran que quien gane no va a tener legitimidad y desde el primer día su gobierno será cuestionado.
Nos comentan que en la Guatemala de hoy los partidos son sólo maquinarias temporales que se crean para intentar alcanzar el poder. Una vez que se obtiene, se saquean las arcas públicas. El partido que gana ya no vuelve a participar en la siguiente contienda. A partir de 1996, cuando se firma la paz con la guerrilla, han nacido y desaparecido 64 partidos. Del financiamiento de las campañas, no hay recursos públicos, 75% proviene de dinero ilícito (50% de la corrupción y 25% del narcotráfico).
En la elección del próximo domingo se esperan altos niveles de ausentismo y voto nulo. Hay consenso en la sociedad guatemalteca, que todos los días se expresa en las calles pidiendo la renuncia y el juicio político contra el presidente Pérez, que el próximo mandatario, en el actual estado de cosas, no importa quien sea, asume el mandato en condiciones de muy alta fragilidad y su gobierno no podrá durar más de uno o dos años. El 14 de enero del 2016, el nuevo presidente deberá asumir su cargo en estas condiciones.