BASES SÓLIDAS PARA UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD EN EL PAÍS Marco Último de dos partes Sin duda que un diagnóstico real sobre el número de palabras que logra uno leer por minuto, debería ser el punto de partida para iniciar cualquier proyecto lector, y con ello explorar la expresión oral, ponderada por muchos, pero tan difícil realmente de valorar. Sin alardes ni pesimismo hemos comprobado que la mayoría de los lectores promedio leen entre 150 y 200 palabras por minuto, los buenos lectores de 200 a 350 palabras por minuto y los excelentes lectores más de cuatrocientos palabras en sesenta segundos. Éstos últimos tienen mayor comprensión de lo que leen. Ante esta situación muchos dejan de practicar la sana práctica del acto lector, la que hemos considerado que podemos revertir y mejorar. Con el actual programa de Lectura en Acción los Leones participamos en los programas de lectura para niños que ofrecen las bibliotecas públicas, la donación de libros tradicionales y electrónicos y ordenadores a las escuelas, estableciendo programas extracurriculares de lectura y servir de mentores a los que participen en los programas. Debemos poseer las herramientas de lectura ágil que permitirán leer más libros, artículos, informes, lo que hará que se pueda terminar antes con tu correo electrónico y ganar tiempo libre leyendo más rápido y reteniendo más de lo leído. Vivimos en la era de la información y hoy en día la habilidad de aprender información rápidamente es lo que decide entre el éxito y el fracaso. Ahora cada quien puede hacer su test de lectura ágil para determinar su actual velocidad de lectura y comprensión. Dicho test es tan fácil, como de que alguien cuente las palabras que lean en sesenta segundos, eso te dará la realidad de tu calidad lectora. Al mismo tiempo que uno adquiere la capacidad lectora aceptable, puede uno avanzar en el desarrollo de la expresión oral, ya sea por medio de la oratoria como de la declamación, aunque de esta última cada quien trae un algo especial para destacar en ello. Al regresar y hacer referencia al Mtro. Rafael Vargas González, quien es un triunfador en las lides de la oralidad tanto dentro del magisterio nacional como de las escuelas especiales que pululan actualmente, le sucedió lo que a muchos que hemos encarado y denunciado la injusticia de la vida, esa que no es fácil de interpretar, no ser valorado por el sistema sindical o/y oficial para valorar su brillantez, siendo atacado por muchos mediocres, que siempre lo vieron como el gigante que es, donde se escatiman los merecidos ascensos, los que son dados en favor de incondicionales, que servirán para sus perversos fines. Recurro a ese oscuro mito de Quirón El Centauro, que para muchos puede parecer muy injusto que una criatura como Quirón, sabio y civilizado, tuviera que sufrir simplemente porque se hallaba en el lugar equivocado en el momento inadecuado. Eso ha pasado con muchos, que hablamos de libertad, dignidad, valores y honestidad en un mundo donde se práctica todo lo contrario. Cuando nos topamos con semejantes acontecimientos en el mundo moderno, nos llenamos de rabia impotente y de perplejidad. Deseamos creer en la justicia de la vida, porque esta creencia hace que la vida parezca controlable. Si se es bueno, excelente y nos lo recompensan, entonces todo lo que tenemos que hacer para ser recompensados es ser buenos. Esto es simple y se halla bajo nuestro control. La idea de ser buenos y, sin embargo, ser golpeados por algún accidente que arruina nuestra vida, es virtualmente insoportable, y quizá destruya a espíritus débiles, más no a los auténticos guerreros que como Vargas González, continuará con su misión en la vida. Por más que queramos creer en un cosmos justo, tarde o temprano nos enfrentaremos con el enigma del sufrimiento injusto, pero para ello, debemos saber que nunca estaremos solos, nos acompañan individuos, que con su razón y acción, hacen que valga la pena luchar. ¡Estamos! alodi_13@nullhotmail.com