Marco Antonio Figueroa Quinto *Para que las autoridades también lo sepan; Los Tuxtlas es la selva amazónica más al norte de América. *¡Basta de seguir devastando el tesoro de la naturaleza con la complacencia de autoridades! ¡Es de todos!
Selvas y bosques son los pulmones de nuestro planeta, vitales para purificar el aire y mantener la estabilidad natural de esta Tierra que compartimos. Debemos proteger nuestro ambiente porque lo necesitamos. ¡Y mucho! Dependemos de él para existir. Nuestro planeta nos brinda todos los recursos naturales que necesitamos para alimentarnos, construir nuestras viviendas, tener luz, transportarnos, vestirnos, etc. La belleza del mundo es inmensa y la idea de ir perdiéndola poco a poco es terrible. Amar a la naturaleza es lo que nos da fuerzas para defenderla siempre. Mirar el cielo limpio, observar un río claro y lleno de vida, sentir el aroma especial que tiene un bosque después de la lluvia, contemplar a las aves construyendo delicadamente su nido, observar a los animales desenvolverse en su hábitat y tantas cosas bellas que recibimos del medio ambiente, son cosas que deseamos seguir haciéndolas. Pero….una y otra vez, los depredadores del mundo entero se han unido para proseguir en el atentado más brutal que jamás haya tenido memoria la historia. Con el afán de agenciarse riquezas y poder entes inconscientes, sin escrúpulos y amor a la vida, siguen desapareciendo áreas verdes con el beneplácito de estúpidas autoridades, que juraron velar por el interés de las mayorías. Cada segundo desaparecen del planeta áreas verdes que comprende dos campos de fútbol, lo que es algo criminal e irreversible. Para conservar estos tesoros; que salvan no sólo la flora sino la fauna hemos demostrado que, cuando actuamos juntos, podemos vencer: ya sea con el ejemplo de los miles de individuos que contribuimos para comprar una franja de la selva de Borneo o de las grandes batallas que hemos ganado al proteger la Amazonía y las selvas de Australia y de Aceh, en Indonesia. El motivo de esta reflexión es un llamado, para que sigamos ganando estos espacios a sujetos inconscientes, que siguen con sus nocivas prácticas de muerte y desolación. Hagámoslo de nuevo hoy, en favor de la selva de “Los Tuxtlas” que en 1998 se decretó “Reserva de la Biósfera” zona que está protegida con una superficie aproximadamente de 155 mil hectáreas, abarcando ocho municipios. El estado de Veracruz desde hace algunos ayeres ha sido un espacio propicio para los voraces tala montes, tan es así que los hermosos bosques que rodeaban las principales montañas como el “Pico de Orizaba y el Cofre de Perote” donde el gobierno no sólo retiró su protección, sino que propició que algunas familias se enriquecieran con la venta de madera de esas zonas, riqueza que ha servido para seguir solapando y promoviendo a políticos ambiciosos y ruines. Ahora estas montañas muestran enormes cicatrices y los promotores se están moviendo rápido para continuar con la tala de las zonas forestales restantes, que son inmensas y antiquísimas. Resulta inconcebible que miles de árboles de más de 500 años hayan caído en unos cuantos segundo; pues para arrasar con los frondosos árboles se utiliza herramienta sofisticada, que de un día para otro arrasan con éstas; grandes extensiones de bosques o selvas. Los Tuxtlas -para aquellos que todavía no dimensionen su importancia- todavía albergan una enorme biodiversidad debido a su posición geográfica y a la configuración de sus terrenos. Es una zona en que todavía persisten lluvias, lo que ha dado lugar a una compleja red hidrológica rica en todos sentidos. Cuenta con casi dos decenas de tipos diferentes de vegetación, entre las que figuran: selvas tropicales, selvas secas, manglares y bosque mesófilo de montaña entre otras, lo que la hace más rica y atractiva para todos los seres de este planeta. Pese a que se tienen registradas más de 2500 especies de flora (nueve endémicas), casi seiscientos de aves y dos cientos mamíferos, más de cien reptiles y casi cincuenta anfibios hay una amenaza real sobre ésta. Con el pretexto de ampliar la zona portuaria de Veracruz, hay la intención de devastar en Balzapote Mpio. de San Andrés Tuxtla una montaña de roca basáltica, lo que vendría a dar la puntilla a esta zona tan deteriorada y explotada irracionalmente en todas sus riquezas. El permitir este atentado brutal al ecosistema de la región, repercutirá en el equilibrio que la madre naturaleza implementó. Debemos reconocer, que lo que se ha derribado ya no se podrá reemplazar nunca. Pero si somos suficientes los que alcemos nuestras voces, podemos conseguir que los atentados contra nuestro medio ambiente, la explotación irracional de nuestras riquezas naturales y la tala de áreas verdes no se extienda más. Hoy debemos asegurarnos de que nunca más se destruirán nuestras maravillas naturales, observar la conducta de los políticos y autoridades, que se comprometan ya con la defensa de nuestro hábitat, sino rechazar sus pretensiones y combatirlas. De igual manera elegir a nuevas personas en el poder ejecutivo y legislativo, que tengan dentro de sus proyectos preservar las áreas verdes, cuidar nuestra fauna y por consiguiente preservar la vida de los habitantes del planeta ¡Estamos! alodi_13@nullhotmail.com