Nos quejamos de todo y de cualquier cosa, vamos arreándonos –¿arriándonos?- quejumbrosamente, ansiando que se mejore la situación, que nos den una pizca de esperanza, pero no hacemos nada, no movemos ni un dedo; es más, muchas veces nosotros mismos somos partícipes de lo mismo que nos quejamos. Max Aub escribió: “Se suicida uno por todo. Se suicida uno por cualquier cosa”. ¿Ahí la llevamos? Así no vamos a ninguna parte.

En ocasiones hablamos y nos mordemos la lengua, actuamos exactamente igual que los otros valiéndonos madres, que otro güey lo arregle, el clásico “¿y yo por qué?” La cultura del “Chingar”.

La activista Martha Sánchez Soler expresó que en nuestro país “existe una gran simulación en el tema migratorio” (sinembargo.mx/09-09-15). ¿Nada más en lo migratorio? Parece que en todas partes, ni se diga en el gobierno. México, la simulación perfecta.

Groucho Marx escribió que el secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio. Si puedes simular eso, lo has conseguido. Si eso hacemos todos de una u otra forma y en grado diferente, como que ya valimos, ¿no? Dice la canción: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor! ¡Ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador! ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor! ¡Lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao. Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, ¡da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón!…”

El Papa Francisco dijo: “Quien quiera ser el primero que sea el último de todos y sirva a los demás, no que se sirva de los demás”. Bueno, seguiremos simulando: servir a los demás, cuando en realidad nos servimos de los demás. ¿Quién tira la primera piedra?

Ni modo, “así que estoy aprendiendo a simular, sonreír y asentir, a mostrar una empatía que no siento. Estoy aprendiendo a fingir, a parecer como todos los demás, aunque me siento rota por dentro”, se lamentó Christina Baker Kline. ¿Tons? Alejémonos de simulaciones y del epitafio de un imbécil: “A todo dijo que sí”. (Max Aub).

Los días y los temas

¿Por qué los mexicanos seguimos tolerando tanta burla? ¿O nos hacemos pendejos? ¿O acaso el miedo nos impide actuar? Que los senadores fueron a trabajar en bicicleta el Día Mundial sin Auto el pasado 22 de septiembre, dizque que pa’ hacer conciencia… ¿Conciencia? ¿Por qué no se bajan por un año sus honorarios brutales, incluyendo viáticos, prestaciones, viajes, uso de automóviles y combustible, asesores y demás mamadas –al presupuesto, claro-, y en nombre de la austeridad ganen el salario mínimo y se vayan en burro –con perdón del burro- al Senado? Digo, también en la Diputación federal y a quien le quede el saco.

De cinismo y anexas

Están todos invitados a la presentación del libro Nada, yo soy Adán, de un tal Jorge Arturo Rodríguez, quien charlará con el reconocido periodista y escritor Miguel Valera, con la moderación de Víctor Hugo Vázquez Rentería, también escritor y teatrero –¿todos lo somos?- director del Ágora de la Ciudad donde nos daremos cita el miércoles 30 de septiembre, a las 19:00 horas. Entrada libre.

Ah, y no falten a la charla y lectura (con acompañamiento de guitarra) del mismo libro, el sábado 3 de octubre, a las 19:00 horas, en el Centro Cultural Corazón con Manos, calle Poeta Jesús Díaz No. 10, Casi esq. con Av. 20 de Noviembre. Participan: En la charla, Arturo Benjamín Pérez y el autor. En la lectura, Ana Hazel Zúñiga /En la guitarra, Órvil Paz. Libre entrada.