Por razones que no viene al caso aquí, no pude comentar en su momento el triste caso de ciertos intelectuales achilangados, que nos hicieron el favor de asestarnos una puñalada trapera a los xalapeños, y que después de una carta pública en la que se desgarraban las vestiduras y pedían que se dejara de celebrar el Hay Festival en Xalapa (porque… jajaja… porque no había condiciones para ejercer el periodismo con libertad… jajaja… cuando en esta región del país es en la que hay un mayor número de publicadores críticos y hasta insultativos, y ni quien les diga nada)… bueno, después de logrado su fin, se dedicaron a gestionar que el Festival se hiciera en la Ciudad de México, en su torrecita de marfil, para que fueran a disfrutarlo con sus cuates y sus capillitas.
¡Y lo lograron! Apareció el peine, y ni para que lo quieran ocultar.
¿Cuáles buenas intenciones? ¿Cuál preocupación por la libertad de expresión? Ya pueden estar contentos y hacer a un lado su conciencia para ir a disfrutar los eventos culturales de alto nivel que por tres años tuvimos oportunidad de tener en Xalapa, para bien de nuestra juventud estudiosa, que acudía en gran número a recibir los dones formativos de la cultura mundial.
¿Quieren ver los nombres de los intelectuales chilangos que promovieron esa infausta carta abierta? Ahí les van:
José Agustín, Alberto Ruy Sánchez, Juan Villoro, Martín Caparrós, Francisco Goldman, Álvaro Enrigue, Élmer Mendoza, Paco Ignacio Taibo II, Cristina Rivera Garza, Julián Herbert, Yuri Herrera, Alma Guillermoprieto, el historiador Carlos Martínez Assad y los artistas plásticos Brian Nissen, Abraham Cruzvillegas, Sarah Minter y Damián Ortega.
Y se fueron también con la finta los que siempre firman manifiestos en contra de todo, como Elenita Poniatowska. Junto a ellos, algunos intelectuales veracruzanos también abonaron a la causa chilanga, tal vez más interesados en sus problemas personales que en la cultura estatal.
Cabe destacar que Sergio Pitol, a quien considero el principal impulsor para que se realizara el Festival Hay en Xalapa, no dijo ni sí ni no, seguramente colocado entre la espada y la pared de su interés personal por el estado y el interés de sus amigos intelectuales radicados en el Distrito Federal.
Bueno, pues quienes tuvieron esa idea aviesa lograron sus fines, y el próximo 25 de octubre empezará en la Ciudad de México la versión que debiera estar en Xalapa, llenando con sus dones a muchos muchachos y a una sociedad que necesita como nunca antes el auxilio de la cultura y la intelectualidad.
El colofón de este lamentable asunto lo puso el escritor Benito Taibo, quien después de firmar la carta contra Xalapa, opinó poco después, al enterarse de que habían logrado suspender la versión veracruzana del Festival:
“¿Pueden 300 firmas lograr eso? Lo dudo. Algo (más) está podrido en Dinamarca, parafraseando al señor Hamlet… ¿Nos habremos equivocado?”
Y claro que se equivocaron, pero como los intelectuales chilangos se sienten el non plus ultra de la cultura nacional, nunca van a reconocerlo.
Que les aproveche su festivalito, mientras desde Veracruz les mandamos un saludo muuuy jarocho.
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