Es quizás ese aire de Día de Muertos lo que impregna al Gimnasio al aire libre del parque donde vivo.
Unas cintas que me recuerdan a las escenas de crimen de película gringa lo rodean… tan lleno de vida y la vez, tan muerto. Pues sí, realmente los aparatos de ejercicio están muertos, inertes, ante la mirada ya indiferente de quienes primero, con entusiasmo, los vieron; y hoy, ante la prohibición de usarlos, bajo el pretexto de “cemento fresco” (desde hace una semana), ¡ni los pelan!
Entiendo que las autoridades municipales, en este caso, tienen que hacer el corte inaugural y llevarse las palmas, pero creo que mientras eso ocurre, se va generando molestia, la misma que por lo regular ocurre cuando se pavimenta una calle y no se abre hasta el corte inaugural.
Las autoridades municipales debieran permitir el uso de la obra, sin tanto aspaviento, y luego, con gusto, hacer “un acto inaugural” con gente haciendo ejercicio… no sólo se le estaría dando uso a los aparatos, sino que a la vez, hasta se podría saber si le falta aceite, apretón de tuercas o si no sirve alguno de ellos.
De todos modos, pues qué, al final se agradece a las autoridades municipales el gimnasio que esperemos, en breve lo inauguren… mi panza se los agradecerá.
II
Veo una, dos, tres… quizás eran cuatro… la falta de costumbre, pero la primera impresión que tuve fue de que eran unas ositas panda tilicas y flacas… por sus ojitos negros sobre la faz blanca. ¡Pero no! ¡Eran Catrinas! Por eso sus elegantes atavíos, faldones largos y blusas sombrías, así como sombreros con velo… ¡qué elegante se ve la persona con sombrero! ¡cómo diablos fue que se perdió esa tradición tan hermosa! Bueno, claro, hay de sombreros a sombreros…
Por ejemplo, ver a Ignacio Valencia Morales y Renato Tronco en el Congreso con sombrero, en el recinto legislativo, primero, se me hacía una falta de respeto que no se lo quitaran; después, se me hizo una falta de respeto de mi parte, tan solo pensar en que se lo quitaran. Es parte de su identidad, como también lo debe ser en Juan Carlos Molina Palacios, quien recientemente comió con un grupo de amigos… se sentó y no se quitó el sombrero… ¿por qué quitarlo? ¿por educación? ¿educación de quién? Al igual que con los diputados, el sombrero es parte de su Ser…
Y por si quiere contradecirme, nada más le recuerdo a quienes usan/usaron el sombrero como moda: Erick Lagos Hernández, Jorge Carvallo y hasta Tarek Abdalá, quienes se lo pusieron mientras hacían campaña… quesque por el sol… “¡Naaah!” (dijera Marcos Miranda Cogco), fue para tratar de mimetizarse, en sus respectivos distritos, con sus electores, donde la gente que trabaja usa sombrero.
III
Bueno, pero me salí del tema… hablaba de las Catrinas… ¡no! nada que ver con las Barbies, Reinis o Ladies del PRI… me refiero a las de José Guadalupe Posada. Bueno, él hizo una que llamó “Calavera Garbancera” y estoy seguro que era una crítica a ciertas personas que renegaban de sus orígenes y se sentían europeas.
Pero la gente las conoce como “Catrinas”, calaveras elegantemente vestidas que son propias de fechas próximas a celebrar… el Día de Muertos.
Estas Catrinas se pararon en el café de La Parroquia que está a un costado de Palacio Municipal y algunas cruzaron la calle para asentarse en el Parque Juárez… ¿sabe qué provocaron? ¡la cantidad de gente que quería tomarse la foto con ellas!
¿Y si el Ayuntamiento o Turismo dispusieran de una brigada de Catrinas en varios puntos del Centro, y anunciaran las festividades a realizar no sólo en Xalapa, sino en distintos destinos de la región, como Naolinco? No sólo promocionarían “Nuestra Capital” (comercial para Américo) sino que le darían a la ciudad un toque alegre, porque es seguro que muchos se estarían tomando fotos o selfies con estas Catrinas… sólo imagínelas en las bancas de Enríquez con Lucio, o en el Parque Juárez, o en la entrada de la Catedral o cualquier Parroquia, en Xallitic… así, ¡que me lleve la muerte!
IV
Y hablando de muerte, a uno que ya dieron por “muerto” es a Fidel Herrera Beltrán, tras ser exiliado en Barcelona.
También a Alfredo Ferrari “lo dan por muerto” en el CDE del PRI y ya hasta aseguran que le falta renunciar para que, curioso, con su “deceso” en la dirigencia tricolor, tratar de darle “vida política” a Alberto Silva Ramos. Pero, ¿qué le quedaría a Alfredo Ferrari si deja las riendas del partido?
Lo más seguro, es que Fidel lo llamara para trabajar con él… ¡hey! no se acalambren… Me refiero a Fidel Kuri Grajales, para hacerlo Presidente… no, tampoco, no presidente del Club Tiburones, sino de la porra… ¡Ferrari es tiburón hasta el cartílago! O quizás cree el Firenata… el Fideicomiso para la Reserva Nacional de Talentos… habrá que ver de qué tamaño es la gratitud del partido en Veracruz si es que al final, la ilógica se cumple en el PRI.
Mientras, en espera de que ese gimnasio al aire libre, lo liberen y le den vida.