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Octubre es el mes que se pinta de rosa, si sales a comprar verás infinidad de productos de este color, personas usando un lazo e incluso la famosa campaña de cim*ab Favor de tocar. Pero más allá de un color, es el apoyo a una de las enfermedades más comunes en mujeres y el tipo de cáncer que se presenta con mayor frecuencia, el cáncer de mama.
Esta enfermedad no puede prevenirse, pero su detección a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se detectan 1.38 millones de nuevos casos y fallecen 458 mil personas que pudieron salvarse de haber realizado una autoexploración oportuna de manera mensual, una exploración clínica al año y la mastografía cada dos.
Una de las principales tareas para evitar su propagación es promover la autoexploración mamaria, así quien detecta un bulto, alguna secreción o manchas puede acudir con un especialista para contar con un diagnóstico adecuado. El 19 de octubre es el día Internacional contra dicho mal y se conmemora a nivel internacional ya que ha afectado a países desarrollados y en vías de desarrollo. El mayor número de muertes se da en los países de bajos ingresos ya que se detecta la enfermedad en etapas muy avanzadas.
El principal problema detrás de este padecimiento es la falta de una cultura, muchas mujeres crecen sin conocer su cuerpo, ya sea por la educación familiar o la religión, aún en nuestros días pesa más el pudor, que la importancia de la salud. Además, aunque es una de las enfermedades más comunes en mujeres, también hay hombres que lo padecen por lo que si se da la difusión adecuada se pueden salvar muchas vidas.
Si bien no existe una causa directa que explique su padecimiento, sí se han detectado factores que contribuyen a su aparición, entre ellos destacan la obesidad, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la toma de hormonas como las presentes en anticonceptivos orales y tratamientos de sustitución hormonal. De igual forma se puede ayudar a un estilo de vida saludable que haga menos propensas a las personas como realizar ejercicio de manera continua, llevar una dieta balanceada con baja ingesta de proteína animal y la lactancia materna.
También hemos de considerar que no todo lo malo está en el diagnóstico, una vez que es detectado cualquier paciente debe recibir apoyo psicológico, no es fácil manejar tu vida después de pasar por tratamientos tan agresivos como la quimioterapia y el autoestima de muchas mujeres se ve dañada cuando su cuerpo es modificado por las neoplastias mamarias y requieren intervención quirúrgica.
En la actualidad tres de cada 10 mujeres son hospitalizadas por esta causa, por ello, el día de hoy quiero ser partícipe de todos los que buscan sensibilizar a la población, invitar a quienes me leen a conocer su cuerpo, a realizar una visita al año a su médico y sobre todo a tener conciencia de los hábitos que pueden cambiar su vida. Cosas tan simples como la alimentación y dejar de lado un estilo sedentario pueden marcar la diferencia, no hace falta esperar a pasar un mal rato con nosotros o algún ser querido, por algo existe el refrán “más vale prevenir que lamentar”.