Estar de acuerdo en no estar de acuerdo, es un buen punto de partida, pues a partir de allí se puede generar un diálogo, no necesariamente unidireccional, pero sí cuando menos armónico. Los momentos de unidad partidista, no me queda duda, llegarán en el PRI de Veracruz, pero aún no son esos tiempos. Hoy son tiempos de posicionarse, del amago y la negociación, de medir fuerzas y fijar posturas. Ríos de tinta (en estos días en un sentido figurado más que nunca) se han regado acerca de la crítica situación que vive el PRI, de rompimientos y fracturas, del Gobernador Javier Duarte con un proyecto político por un lado, y las fuerzas vivas de los Senadores por el otro. Sin embargo, esa visión de hondas fisuras se alimenta y dimensiona más que nada en los cabeceos de los periódicos.
¿Esperaríamos encontrarnos con dos senadores que aplaudieran todas las decisiones del Gobernador y no tuvieran más que porras en los labios? Si así fuera no serían distintos de los diputados locales (incluso de otros partidos distintos al PRI) que son comparsas y oficialías de parte, y perderían cualquier oportunidad de representar un cambio. ¡Sí! ¡Un cambio aunque sean del mismo PRI! Pues para cambiar no es forzosa la fractura ni el distanciamiento; cambiar es entender que hay diferentes caminos para llegar a un fin, sin necesidad de menoscabar o anular los otros.
Pepe Yunes y Javier Duarte, mantienen una sana distancia. Héctor Yunes y Javier Duarte, viven (hoy) una estridencia política. Pero todos son hombre de partido, un partido que no tiene un librito aunque se rige con reglas que durante los últimos años, se han ablandado y estirado. Pepe Yunes advierte que “el PRI es el mejor partido político y la mejor oferta política del Estado y del país, no tengo la menor duda” y deja en claro que no piensa ni pensará en una candidatura independiente. Estira y ablanda, pero no rompe la liga. Se detiene pensativo y observa el panorama, hay diferendos, lo entiende, pero su sentido de congruencia lo sostiene. No se irá como independiente, advierte, porque ha sido un militante del PRI cuando las decisiones del partido lo han favorecido, y es justo y congruente que siga siendo un militante del partido aun cuando no haya condiciones, aun cuando estas no estén en función de los resultados que él esperaría.
Desde esa postura es que se entiende que Pepe Yunes pueda no estar de acuerdo con la llegada de Alberto Silva al PRI. Lo ha dicho y lo reitera, su posición no ha cambiado desde la semana pasada en que comenzaron a filtrar la noticia del relevo en el PRI, ni cambiará de hoy al domingo, cuando seguramente estará presente en el Consejo Político del PRI. Su presencia no sería una asistencia bajo protesta, sería la bienvenida a la competencia. En una entrevista radiofónica aseguró que es bienvenida no sólo la aspiración de Alberto Silva si él quiere competir, sino también “la de cualquier otro que considere que tiene posibilidades y el respaldo para poderla encauzar”, pues el tema no es de personas ya que “habrá que competir con quienes existen y cumplan con los requisitos, tengan condiciones y hay desde mi perspectiva una completa bienvenida para cualquier aspirante dentro del partido”.
Por lo mientras, Pepe Yunes con el Gobernador Javier Duarte tienen diálogo en términos institucionales, pues los temas de Veracruz así lo exigen. Hay muchas acciones de gobierno con las que Pepe no concuerda y que ha cuestionado, y a nadie le agradan los cuestionamientos, eso es parte innata del ser humano. Pero lo destacable y notable es que no es un cuestionamiento sistemático, obcecado y a ultranza contra todo y contra todos… eso es evidente, que habla de distancia, de sana distancia que debe haber entre cualquiera de los tres poderes, pero eso no es llamativo para las cabezas de las notas periodísticas. Pero lo que sí es destacable, es que Javier Duarte asegura no tener candidato y que acatará la decisión del Presidente, y que Pepe Yunes acepta que esto no es una competencia en donde no se venden más boletos. Eso hay que destacarlo, pero hay que remarcar, sobre todo, que ambos entienden que en el partido todos caben. Están de acuerdo en no estar de acuerdo, y eso también es parte de ser PRI.
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