Así no se puede. ¿Cómo vamos a hacer de este pedacito de cielo una comunidad de delicadas vírgenes y espigados varones, si en el Congreso esos cachitos de animales hacen lo imposible para bajarle el impuesto a los refrescos? Luego porque Tiziano Ferro dice que las mexicanas son puras gordas bigotonas. Ya lo habíamos logrado, ahí la llevábamos siguiendo las tres recomendaciones del niño gordito del comercial de Prevenimss, y vienen a regar el tepache otra vez.

Yo dedico un día a la semana, sólo uno, al antiguo arte del Obeseo y lo practico con monástica dedicación. Compro galletas, papas y refrescos, y me desparramo en la camota distribuyendo entre sus comisuras todo el cuerito que he logrado acumular. Así me la paso todo el día, moviendo solo la manita para cambiar de canal. He llegado incluso a pedir de regalo una sonda para no tener que levantarme al baño pero Karla dice que eso ya es abusar. Por la noche me hago el dormido para que las mujeres de la casa tengan tiempo de pasar la aspiradora alrededor mío y me retiren todas las migajas. ¿A poco no es un espléndido día? Solo le pido que no me vea feo, eso solo lo hago un día a la semana, y me lo gano, pues todos los demás camino una hora en promedio.

Hay que darse esos pequeños regalos de vez en cuando, o cómo podríamos estar en ese ochentavo percentil de la población mexicana que se siente feliz. Necesitamos esos respiros para no sucumbir ante la maldad de la gente que increíblemente vive y nos rodea.

Hoy en el Excélsior me topé con la tristísima nota de la bebé que secuestraron y mataron en Irapuato. Tenía solo ocho meses ese angelito y unos desalmados bajaron a los padres del carro llevándoselo con la bebé adentro. Apareció después, en la ribera de un río, muerta. Y con ella se nos muere un cachito a cada quien, pues en momentos de insólita gravedad como los que vivimos es inconcebible pasar de frente y leer esas noticias como si leyéramos el teleguía. No puedo dimensionar el dolor inmenso de esos padres a los que les arrebataron su pedacito de cielo, no puedo, pero estoy cierto que debe ser un dolor inmenso.

Si tan solo fueran historias de un México superado, pero no, es la realidad del México en que vivimos en que cohabitamos con personas sin escrúpulos. Son noticias que normalmente me llenan de ira pero en esta ocasión me ganó el sentimiento y la tristeza. ¿Qué pudo haber obligado a esos primitivos hombres a cometer esa canallada? Bien pudieron dejarla incluso en las puertas de una casa, pues a los ocho meses es imposible que se arriesgaran a un reconocimiento… fue maldad, la maldad pura.

Me recojo por hoy aunque no sea mi día, me retiro a mis aposentos a tristear un poco y me tomaré una coquita para mitigar mi pena pues a mí el dulce me reconforta. Seguro estoy que en México no todas son gordas y bigotonas aunque abundan; también estoy seguro que entre los vampiros legisladores debe haber algunos que entiendan que México debe volver a sus orígenes en que la gente era delgada; y tampoco me queda duda que hay más gente buena que la desalmada. Solo espero que la justicia les llegue a los asesinos de ese inocente bebé. Hago votos porque así sea.

Tome nota: no queda claro cómo es que van a pagar la deuda… ¿habrá forma que nos lo explicaran con peras y manzanas?

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