Sin afán de blasfemar ni mucho menos, creo que cuando Dios creó la Tierra a su lado estaba una mujer. Bueno, hay quienes dicen que Dios es mujer. Incluso que no hay hombre que por mujer no venga. Joseph Conrad dijo: “Ser mujer es una tarea terriblemente difícil, porque consiste principalmente en tratar con hombres”. Yo me quedo con el genial Woody Allen cuando planteó: “¿Existe el Infierno? ¿Existe Dios? ¿Resucitaremos después de la muerte? Ah, no olvidemos lo más importante: ¿Habrá mujeres allí?”.

La directora del Centro de Estudios para la Igualdad de Género y los Derechos Humanos del Congreso estatal, Martha Mendoza Parissi, estuvo distribuyendo información sobre el “Voto Femenino en México”. Recordé entonces que el pasado 17 de octubre se cumplieron 62 años que nuestro país “vivió un momento histórico cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que anunciaba que las mujeres tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular.”

¿Cómo está hoy la situación de las mujeres? La expresión de siempre: “Hemos avanzado, pero aún nos falta mucho por hacer”. Y de ahí no pasamos, como que es nuestra costumbre dar un paso pa’ delante y dos pa’ tras. O lo que es lo mismo, no somos nada…

En este mundo caótico, insensible, apresurado, alejado y ajado, falto de humanidad –¿qué es eso?- donde quiera se cuecen muertes, y en México se acrecientan por doquier, ni que decir de los feminicidios, de la trata de mujeres y niñas, de las desigualdades.

Refiriéndose a la integración de la Suprema Corte de Justicia, Sabina Berman apunta que “parece que el presidente Enrique Peña Nieto no encuentra uso para la equidad de género. Entre los candidatos que propondrá al Senado para llenar las dos vacantes (…) no existe una sola mujer”. Y señala: “Lo primero que hay que decir es que no se trata de llenar una cuota más de mujeres para darles trabajo a más mujeres. Se trata de algo de mayor trascendencia: se trata de garantizar que en el tribunal supremo de la nación el punto de vista femenino exista suficientemente representado”.

He ahí la cuestión: ¿Equidad de género? No es una agencia de empleo, una bolsa de trabajo más, lo que muchas y muchos creemos y queremos. ¡Conseguir chamba! No; el asunto es la igualdad de representatividad en los tres poderes de gobierno, no sólo en puestos populares, para así contar con el punto de “vista femenino” y resolver problemas complicados que en la actualidad han surgido de manera concreta y avasalladora, como el tema del aborto, la maternidad, la violación, etc. (Léase: “La cuestión del género en la justicia”, de Sabina Berman).

¿Quién tira la primera piedra?

Los días y los temas

Incansable y siempre atenta a los problemas de sus representados, sobre todo de la salud –es doctora de profesión y de corazón-, la diputada Gladys Merlín Castro ha solicitado se fortalezcan las acciones de prevención y detección temprana del cáncer de mama, y se difunda material informativo en las lenguas maternas de las regiones indígenas de la Entidad. Bien. Y no contenta llevó la Jornada de Salud para prevenir y detectar esta enfermedad, ahí mismito en el Palacio Legislativo. Muy bien.

De cinismo y anexas

Svetlana Alexievich, Premio Nobel de Literatura 2015, señaló que “el poder necesita que nunca se sepa la verdad”. ¿Será?

Y bueno, aviadores, aviadores, aviadores… ¿dónde y cuándo no?