Lo primero que me merece el dirigente del PRI, es respeto como persona, y lo de Cisne es sin intención de ofender, y por ello pido disculpas públicas en caso contrario, pero por su condición de dirigente y yo de militante, también lo merezco (el respeto) y más, cuando siendo padre de familia de mujeres e hijo de otra, más a mi favor.
Y como casi todos sabemos que sí de algo carecemos los ciudadanos es de confianza en las instituciones y en los políticos, en los policías y en los diputados en específico. Eso lo dicen las encuestas serias y lo ratifican las campañas políticas o las convocatorias de esos políticos que no arrastran ni a la familia propia.
Veamos si no, cuando se trata de espectáculos de reconocidos líderes de la farándula, la gente paga por ver a esos “lideres” del medio, pero cuando la convocatoria sale de un político, solo van unos cuantos y eso a cambio de algún incentivo, porque el mensaje de rigor, no lo hay.
El caso es que la confianza es fundamental para entender la política y lo que ella conlleva, pero también las capacidades y la sensibilidad social y humana para entender a la militancia y a simpatizantes cuando de un partido se trata.
Los últimos bandazos que ha dado el dirigente del PRI son más que elocuentes, y lo son no por él mismo, que finalmente no es dueño del partido, lo es porque el producto urgente que necesita el partido es que se confie en la institución, en sus dirigentes y en sus proyecto, y por lo visto, se está careciendo de todo y provocando una serie de críticas que poco aportan a un partido y mucho menos a un dirigente a escasos días de haber mostrado de que esta echo.
El reto que se le avecina al PRI es de pronósticos reservados, de ahí que cuidar cada palabra y cada acción de sus dirigentes es de considerarse.
Los bandazos de los aviadores y de las embarazadas no tienen quizá mayor repercusión en las militantes, porque ni leen ni escuchan a los políticos, pero sí dan pie a que la oposición tome discursos adversos e irrefutables como para desviar la intensión del voto.
La política se ha improvisado, ha hecho nuevos ricos y ha llevado a estos a perder la sensibilidad obligada cuando de dirigir a la sociedad se trata. Lamentable que la generación de políticos veracruzanos de ahora y a pesar de que fue pobre económicamente, no nomas haya perdido la pobreza, sino también la sensibilidad y el cariño por esa sociedad.
Diga lo que se diga, si alguna vez el PRI fue puente entre el gobierno y la sociedad en beneficio de ésta, dejó de serlo, pero también dejó de ser prudente.
Es lamentable para la militancia que la campaña que se avecina este impulsada por la desconfianza en las capacidades para dirigir un proceso de esta envergadura mientras que lo que requiere es lo contrario para llevar los votos, que al parecer, serán escasos.
Y personalmente no conozco al dirigente, que por llamarlo Cisne, reitero, espero no ofenderlo, no es la intención, pero si algo luce este hermoso animal es el cuello, y cortárselo sería tanto como perder la vida y el orgullo.
Lo que si conozco es al partido y como militante sí sé lo que necesita y la urgencia con que lo necesita
Valente.guerrero@nullgmail.com