Sin embargo, existen riesgos de que esto ocurra en 2016. Algunas de las razones son: 1) La división interna en el PRI. 2) Posibles alianzas electorales PAN-PRD o PRD-MORENA-PT, agregada a una supuesta alta asistencia de electores el día de los comicios. 3) La ley de probabilidades. Después de casi 90 años, cada vez se acerca más la fecha en que, al igual que en las restantes 23 entidades, haya una primera vez. Por lo que toca al primer punto, si se decide que el candidato del PRI en 2016 sea alguno de los claros punteros de la competencia, Pepe o Héctor Yunes, y el gobernador Javier Duarte no lo apoya, el PRI no gana (ver reciente caso en Colima); y por el contrario, si se decide que el candidato no sea ninguno de los Yunes, a pesar de no contar con el posicionamiento político de éstos, y ellos, ni sus partidarios apoyan, el PRI tampoco gana. Tendría que llegarse a un acuerdo al más alto nivel de la política en México para que se unieran todos los esfuerzos tricolores a favor del candidato designado. Veracruz es muy importante políticamente, el más importante de las 13 gubernaturas que se disputarán en el 2016. Algo habrá, en esta próxima elección que, de todas maneras, todos reconocen que va a ser muy reñida.