Se acabaron las “señales”. Quien quiera seguir descubriendo un indicio en la comisura de los labios debería recordar que, con ganas, se encuentran vírgenes en cualquier tronco. Lo dicho, dicho está. Lo que veremos en lo que resta de diciembre serán rounds de sombra y al parecer el humo blanco no saldrá en este 2015, sino que aguantarán la decisión hasta la última hora, en la segunda quincena de enero.
¡Veracruz ya no aguanta la incertidumbre! ¡El PRI ya no debe definir! ¡El divisionismo es insoportable! ¡Debe haber una definición, pero ya!… son algunas de las frases que se repiten una y otra vez en los cafés y aquelarres políticos. Pero los políticos son de otra especie, tienen y fertilizan sus secadales con paciencia, mucha paciencia. Deben estar ansiosos, eso no cabe duda, pero no cometen errores; calculan y establecen sus propias líneas de tiempo. Si hoy tuviera que ser la decisión no cabe duda que los ungidos serían Pepe o Héctor, pero cada semana que pasa se convierte en oro molido para los demás aspirantes. Mientras no haya candidato, los demás viven. Por eso es que la vida les corre, de llegar a enero la decisión, cualquier cosa puede pasar.
Al parecer entramos en un impasse en el que los políticos tendrán que replegarse a lamerse las heridas de las últimas refriegas, contabilizar a sus caídos (y sus recurso$) y verificar la solidez y lealtad de sus equipos. ¿Esperaría encontrar alguna señal en la comida de Vía Veracruzana de este sábado? Buena suerte. Lo único que se encontrará allí, si acaso, será la ya muy sobada Unidad. Que si se hace acompañar de Silva, Mota, Erick, Carvallo o de cualquier otro, será accesorio. Los cuchicheos: con quién llegó en la camioneta, a quién abrazó más fuerte, a quién le sonrió, a quién señaló, serán solo eso… cotilleo. El humo blanco después de todo lo que se ha vivido en estos días no será -¡no podría ser!- sutil; será un humo blanco dirigido y sin medias tintas para que a nadie le queden dudas.
Javier Duarte De Ochoa, Gobernador del Estado de Veracruz, se reunió este jueves en una comida-entrevista exclusiva de 4 horas y media en Casa Veracruz, con la Asociación de Periodistas de Veracruz (APEVER, Noé Valdés), en la que abordó e informó del estado actual de Veracruz en materia de seguridad pública, pensiones y su reforma, la iniciativa anticorrupción, educación, medio ambiente, economía y varios temas más. Habló de la deuda pública y aseguró que durante su administración no ha solicitado un solo peso adicional de deuda pública, sino que la reestructuración que hizo de la deuda a corto plazo heredada, fue la que incrementó el monto de 20 mmdp a cerca de 43 mmdp. Y habló también de política, mucha política.
Aseguró que “algún chismosín” fue el que dijo que al él le había delegado la responsabilidad el Presidente. A la pregunta de ¿Por qué el lunes 23 de enero declaró en su conferencia de prensa que ni los exgobernadores ni él han influido ni él influirá en la decisión del candidato a la gubernatura, y una semana después declaró que el Presidente le había delegado la responsabilidad de decisión? El Gobernador de Veracruz, Javier Duarte dijo enfático: “Nunca he declarado públicamente que el Presidente me haya delegado la responsabilidad, quizás algún chismosín lo haya hecho, pero públicamente el Gobernador de Veracruz es el Gobernador de todos los veracruzanos y el Gobernador no puede tener participación en ningún sentido ni en el partido en donde milita. El PRI tiene sus formas, tiene sus estatutos, tiene sus documentos básicos, tiene sus reglas, el método y la selección del candidato… en ninguno de esos estatutos se establece que el Gobernador, el Presidente o el alcalde o un funcionario público tengan alguna decisión con respecto a ese tema. Formo parte del Consejo Político Nacional, formo parte del Consejo Político Estatal, como he dicho en reiteradas ocasiones de manera pública, para mi partido mi voto y mi cuota, simple y llanamente”.
Pero no fue ningún chismosín, fueron periodistas serios y reconocidos, con amplia experiencia y trayectoria, y con la suficiente fe pública periodística como para no haber necesitado grabaciones que respalden sus dichos. Sin embargo hay que entender que una cosa es lo público y otra muy distinta lo privado. En lo público el Gobernador de todos los veracruzanos mal haría en declarar que él será el fiel de la balanza, en lo privado puede deslizar su sentir, su posición ante la selección del candidato y mandar mensajes.
Los mensajes, no obstante, enviados fueron ya (Joda dixit). Por un lado se compacta la alianza indisoluble entre los senadores. Por otro el Gobernador sabe que no puede regalar la candidatura así como así, no puede dejarles el balón sin nada a cambio. Conoce y está consciente de la fuerza de los senadores “El cargo de Senador ha sido siempre la antesala del Gobierno del Estado. Pero habrá que negociar la inclusión de todos. En el PRI caben todos, y los que no quieren ser de nuestra familia se han ido”. Sabe y entiende también al PRI como no lo entienden quienes no han militado en él, quienes no lo han estudiado en su historia, o quienes militan en otros partidos. “El PRI no es una mesa de tres patas (refiriéndose a los tercios Pepistas, Hectoristas, Duartistas)… es una mesa de miles de patas”. Y sí, el PRI es diverso y hasta etéreo, es el par del Sistema que existe pero es indefinible como el tiempo. La unidad se busca aunque jamás se encuentra previo a una designación, pero llega en tropel en cuanto hay candidato.
Javier Duarte ya puso sus cartas sobre la mesa, fue sagaz al exhibir estrictamente lo esencial y, como el bikini, tapar lo indispensable. Lo transcrito textual por Arturo Reyes en su columna Prosa Aprisa fue «En el tema de la sucesión me dijo: Javier, nunca me has fallado, pero esta es la decisión más importante de tu vida, no te puedes equivocar, con lo cual me está dando la gran responsabilidad». Ese “no te puedes equivocar” que ha pasado incluso desapercibido, lleva implícito el mayor mensaje del Presidente a Duarte. Su futuro depende de eso, y no precisamente el seguir o no en una posición gubernamental federal, sino a transitar con tersura a un digno y feliz retiro en la academia o vivir en el segundo semestre del 2016, el peor semestre de su vida. Llevar a cuestas una derrota en Veracruz es algo que Duarte no quiere, por eso precisamente tendrá que sopesar, como lo han hecho otros, sus anhelos y posibilidades. Hoy Duarte lo entiende y no cierra el abanico, los deja jugar y se siente cómodo como un gran maestro de ceremonias de circo. Hoy les dice “Yo los felicito a todos”.
Son tiempos de guardar, de fiesta y desenfreno. Después del veinte de diciembre ya no hay nadie en casa y hasta los políticos se irán de vacaciones. A principios de año vendrá el primer gran evento priísta. El 06 de enero se realizará en Veracruz una concentración masiva para celebrar el tradicional Acto Agrario y lo encabezará con toda seguridad el Presidente Enrique Peña Nieto… pero ni ahí espere encontrar señales. La señal la veremos clara, y no será, repito, en un acto multitudinario.
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