Con ese mote muy peculiar era conocido uno de los más reconocidos dibujantes de principios del siglo anterior, veracruzano de origen huatusqueño, con una personalidad extrovertida, muy jovial y de un gran temeperamente artistico, así er Ernesto Garcia Cabral.
En una misiva hecha expresamente a Gutierre Tibón en el año de 1967 Gracia Cabral hace una autobiografía muy interesante acerca de lo más destacado de su vida y declara en ese momento que vive feliz y tranquilo en su vejez al lado de su esposa y sus tres hijos.
Hoy lo recordamos ya que el día 18 de diciembre, cumple un aniversario más de su nacimiento: el vino al mundo en al año de 1890 en la ciudad de Huatusco. Se tienen registros de sus primeros bocetos a la edad de 10 años y dos años después gracias a su natural talento ya orientaba a otros niños en el arte del dibujo.
Se le reconoce su habilidad para el diseño y la pintura llegando a oídos del entonces alcalde huatusqueño Joaquín Castro, quien realiza las gestiones correspondientes con el gobernador Teodoro A. Dehesa; este le consigue una beca para estudiar en la Academia Nacional de Bellas Artes de San Carlos como puntualmente lo menciona el mismo Chango García Cabral en sus memorias, para ese entonces contaba con 17 años de edad, a los 19 ingresa a trabajar de forma profesional en las revistas La tarántula en la época de Porfirio Díaz y Frivolidades en plena Revolución Mexicana, en ambos casos se desempeña como grabador y caricaturista.
Decía con gran acierto Juan José Arreola que Gracia Cabral era el hombre que había dibujado a todo México y en cierta forma tenía razón se contabilizan en más de 30 000 documentos su extensa obra, aunque Areola se refería a que ningún rostro de algún nativo de estas tierras se le escapó de caricaturizar y de eso no se salvaron ni los niños, todos los rostros, todas las expresiones aparecen en sus obras.
Realizó caricaturas de personajes como Pancho Villa y Emiliano Zapata. Por su parte Francisco I. Madero para acallar el trabajo del dibujante, a principios del año 1912 le concede una beca de estudios en París. Lugar al que llegó con mucha timidez como lo menciono su amigo Diego Rivera en 1943, en un relato un poco sarcástico decía que el chango García Cabral le daba miedo hasta cruzar las tranquilas calles parisinas, pero que sin embargo una vez que se relacionó y eso fue en muy corto tiempo dominaba la ciudad y se hizo muy popular gracias a su destreza para el tango y la bohemia, las mujeres veían en el a un auténtico hombre de características de rasgos totonacas y de carcajada franca que se escuchaba a la distancia, además de especializarse en ese país europeo trabajo para las publicaciones La Bayonette, Le Rire y La Vie Parisienne, un poco con gusto y otro poco por necesidad cuando Victoriano Huerta le retiro la beca.
A los 25 años deja Francia va a Madrid, de allí seguiría la ruta a Buenos Aires, Argentina. Dibuja para los periódicos La Nación, El Mundial y El Tiempo; asimismo trabaja para las revistas Proteo y La Pluma, y en publicaciones chilenas, por ese entonces se convierte en agregado de la embajada mexicana en Argentina.
Regresa a México a los 28 años, dedicándose al dibujo de colores y poco después trabajó como caricaturista para varios periódicos de circulación nacional además de la revista Fantoche. Ilustro durante muchos años las portadas de Revista de Revistas la que le otorgó merecida fama, dando a conocer su innovador y fluido estilo que ayudó a introducir el Art Déco al continente americano. Ejecuto con destreza variadas técnicas para la realización de su trabajo; el lápiz, carbón, agua tinta, acuarela y oleo entre otros. Hizo innumerables carteles para el cine, y para prestigiadas marcas comerciales. También fue un apasionado de la lucha greco-romana en donde obtuvo un segundo lugar a nivel nacional, Ernesto García Cabral fue un hombre innovador, uno de los grandes caricaturistas del siglo veinte, veracruzano destacado con una calidad y calidez indiscutible.
Falleció en Ciudad de México el 8 de agosto de 1968
xalapa2000@nullhotmail.com