Los pobres ciudadanos (englobados todos, no sólo los ciudadanos pobres) padecemos como padeció el pueblo egipcio las plagas bíblicas. En la arena política tal vez nos quede sólo hacer lo posible y no lo deseable. Ese es el sino de nuestra realidad política, en la que la negociación, la concertacesión y el diálogo, son sinónimos.
¿Qué tan mal estaremos que el propio líder estatal de un partido político dice no creer en los partidos? Alfredo Tress Jiménez, líder estatal del Partido Alternativa Veracruzana (AVE) dijo ante la Asociación de Periodistas Veracruzanos (APEVER, Noé Valdés) que no cree en los partidos, aunque su conciencia le debió rugir “No jales que descobijas” y acotó que solo cree en el suyo, el AVE.
Pero ¿Cómo creer en un partido político que ideológicamente es casi un clon del PRI? Y sin desdeñar a priori al PRI, la pregunta es ¿Qué alternativa le representa a la sociedad un partido autodenominado de “Centro Izquierda”?
De cerca y en corto, Alfredo Tress Jiménez parece un buen hombre, hasta bien intencionado si Usted quiere… pero ¿Qué político no es así? Un buen político es alguien que te manda a la fregada y hasta contento haces las maletas. Y sí, Alfredo Tress pareciera ser un bicho raro de la política, preocupado por el bienestar del pueblo, que recorre el Estado gobernado por sus 17 alcaldes del AVE y se preocupa porque hagan bien las obras, un político que “no vive de la política” sino de lo que humildemente le dejan de rédito 3 hectáreas de café y unas cuantas matas de plátano que sembró para hacer sombra, un político que los fines de semana se dirige a su parcela a trabajar la tierra porque como buen biólogo esa es su afición y su pasión… ¡Que alguien lo canonice por favor!
De lejos… de lejos es otra cosa. Pese a que el AVE en ideología no es una alternativa, sí es un partido que consiguió 235 mil votos en las pasadas elecciones y que gobierna a miles de veracruzanos, es un partido que tiene en sus filas a presidentes municipales que –de lejitos también- parecen ser buenas personas y políticos bien intencionados como el de Banderilla (Esteban Acosta), el de Naolinco (Francisco Guevara) o el de Juchique de Ferrer (Ernesto Cuevas).
Si han gobernado bien no debería tener problemas el AVE en sacar más de un cuarto de millón de votos en el 2016 y esa carreta llena de votos es precisamente el Mono de Jade que tienen en sus manos. Por eso es que hasta hoy, en las postrimerías del 2015 y faltando muy poco para las definiciones, Alfredo Tress sigue jugando con una posible alianza. Tiene un amor que venderá muy caro y lo venderá “por el bien del pueblo”. Si van o no van en alianza será “por el beneficio de los veracruzanos” y jamás, entiéndanlo (seguro esto lo quisiera Alfredo Tress apuntar enfático) por un beneficio cupular, pues el plumaje del AVE no es de esos.
Padecemos los mexicanos un profundo déficit ideológico. La partidocracia es de las primeras plagas egipcias, y desafortunadamente, nosotros a diferencia de los egipcios, no nos la merecemos pues los mexicanos no somos necios ni estamos obcecados en vivir en la demagogia, solo que vivimos bajo el sino de nuestra realidad política. A veces, no obstante, sólo queda eso, ataviar nuestros anhelos políticos de sustantividad y actuar aunque sea bajo protesta.
De cerca y en corto Alfredo Tress casi me convence… pero no fue consistente, no se animó a decir con todas sus palabras “yo no creo en los partidos políticos, ni siquiera en el mío, pero es lo que tenemos y bajo estas reglas juego”. Si hubiera dicho eso “ni siquiera en el mío”, tal vez quien esto escribe ya estaría haciendo sus maletas. Pero se quedó en la raya. Alternativa Veracruzana hoy no es ninguna alternativa, es sólo una facción más del Centro, y mientras más del 3% de los veracruzanos sigan votando por ese partido, seguiremos sufriendo una más de esas enchinchosas plagas egipcias tropicalizadas en Veracruz.
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