“El mayor amigo de la verdad es el tiempo; su más encarnizado enemigo, el prejuicio; y su constante compañera, la humildad.” Charles Caleb Colton En verdad que no se necesita ser adivino, mago o brujo para tener la certidumbre de lo que pasará en este 2016. Dice un dicho popular «piensa mal y acertarás», desgraciadamente las circunstancias del país y las condiciones en que viven los veracruzanos, no es para presagiar nada bueno. Pese a lo sombrío en la mayoría de las acciones de gobierno (federal y estatal), hay una luz al final del túnel que puede hacer menos catastrófica la existencia. Debemos apostar todos los mexicanos a los trabajos educativos que se efectúan dentro y fuera de las aulas, para proporcionar a las nuevas generaciones una educación integral, basadas en auténticos valores y con la certeza de que lo que hagan nuestros docentes, padres de familia y escolapios va en camino de una instrucción de calidad y de certidumbre –pese a los desatinos de las autoridades educativas actuales y sumisos teórico; entregados a los criterios de nefastos asesores de las televisoras de difusión nacional-; la que seguramente consolidará una educación efectiva para todos. Independientemente de la dicotomía psicológica de ponderar los gobernantes desde el lejano 1992 el constructivismo sobre el conductismo. El constructivismo afirma que “el conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción del ser humano, que se realiza con los esquemas que ya posee y con lo que ya construyó en su relación con el medio que le rodea”. El hecho de que la actividad constructiva del estudiante se aplique a unos contenidos de aprendizaje preexistente, condiciona el papel del profesor. Su función no puede limitarse únicamente a crear las condiciones óptimas para que el alumno despliegue una actividad mental constructiva rica y diversa; el profesor se convierte en un facilitador que debe orientar esta actividad con el fin de que la construcción del alumno se acerque de forma progresiva a lo que significan y representan los contenidos como “saberes culturales”, basándose en el aprendizaje significativo. Al desacreditar los mismos actores al conductismo; que sostiene “que los aspectos cognoscitivos y sociales del comportamiento como en los afectivos, no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus destrezas innatas”, vemos una situación que no se ha cumplido de parte de las autoridades, pues si bien se pretende proporcionar una educación netamente constructivista, las evaluaciones traen interrogantes que exploran acciones conductistas ¡Lo que no se vale! Por ello, y con la certeza que se adquiere en las escuelas de tipo pedagógicas y en la praxis del binomio enseñanza –aprendizaje, se proporciona una educación ecléctica; la que ha salvado y salvará del desastre educacional al país. Por consiguiente debemos saber que la certeza que afirmo se posee, es un estado definitivo de la inteligencia, acompañada, dada la racionalidad y simplicidad del alma, de cierto placer y bienestar del sentimiento y de una firme adhesión de la voluntad. También se define la certeza como verdad demostrada, definición que no abraza todo lo definido, pues según ella, nos veríamos obligados a estimar como dudosas todas las verdades mostrativas o intuitivas (lo mismo empíricas que racionales) que son ciertas por sí mismas y sirven de base a toda demostración, como, por ejemplo, los hechos percibidos directamente y los principios racionales. Unos y otros, como los conocimientos demostrados, son ciertos y adquieren legitimidad científica en cuanto conocemos, mediante la reflexión, su verdad, exigiéndose, por tanto, para la existencia de la certeza el conocimiento del conocimiento de la verdad, el reconocimiento o la reflexión. Esa es la Luz que veo en este incierto y nebuloso camino de los mexicanos en general y veracruzanos en lo particular. Siempre y cuando cada uno de los protagonistas del hecho educativo cumpla con las expectativas que de ellos se esperan, los estudiantes a prepararse de la mejor manera, los docentes en aplicarse en dar lo mejor de su eros pedagógico y los padres de familia en apoyar los trabajos que se hacen intra y extra muros; muchas de tales acciones son imperceptibles físicamente, porque llegarán de manera benéfica al corazón y mente de cada uno de los seres que podrán cambiar este caos existente. Recordemos que en esta etapa de racionalización de los recursos básicos, la educación debe ser prioritaria para apoyarla todos. ¡Basta ya de creer en las falacias de las televisoras de cobertura nacional! ¡Exigimos respeto a la labor, más importante que existe en una sociedad progresista! ¡Viva México! ¡Estamos! alodi_13@nullhotmail.com
*Secretario de Organización de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes (REVECO).