Buen día apreciado lector:
Pues sí, durante el acto recordatorio de la expedición de la ley agraria de 1915 el pasado miércoles en Boca del Río, hubo algunas acciones que parecieron “Peñaseñales”, aunque muchos no las vieron.
Impedido el acceso de este reportero al WTC por no portar gafete que nunca solicitó, lo más oportuno fue irse a un costado del lugar de los hechos ahí en la Plaza Américas, rentar una computadora y seguir el acontecimiento con el mejor de todos los ángulos.
Hay ocasiones en que las cámaras propician un perfil incomparable para observar a fondo las actividades del Presidente de la República y eso se puede conseguir metiéndose al internet.
De esta forma el reportero pudo observar cómodamente sentado, seguramente muchos más detalles que los apreciados por los colegas ahí presentes.
Pero era obvio, se veía venir, que estando como están las cosas en Veracruz y en buena parte del país, en pleno periodo electoral el visitante tendría que hacer evidente, magnificar su interés en mezclarse entre la gente.
Por eso en el análisis que anticipé en mi colaboración anterior escribí:
“¿Que tal se vería que para ayudar a mejorar su propia imagen, para ayudar a su partido y para apoyar a su candidato a gobernador, el Presidente Peña Nieto hiciera a un lado las vallas y saliera de su burbuja a saludar a la gente, a darse un verdadero baño de pueblo que tanta falta le hace?, y de paso abrir las arcas federales bajo estricto y severo control para que la gente no se quede sin sus pagos oportunos. ¿No sería esa la mejor «Peñaseñal?”.
Pues seguramente el Primer Mandatario leyó muy temprano “Al Estilo Mathey” porque así lo hizo. Apenas entró a las instalaciones del World Trade Center y recibió los honores de ordenanza, con su camisa guinda de cuadritos, de inmediato se lanzó en los brazos del pueblo.
Lo abrazaban, lo apapachaban, lo apretujaban, lo fotografiaban, le daban sus celulares para la autofoto, de repente se perdía en el maremagnum campirano, parecía hundirse en la marea humana y luego surgía, se trepaba a las valla, alzaba las manos, estrechaba las que se podía y lo que nunca se había visto, tardó casi una hora en llegar al presidium bañado plenamente de pueblo, y sobre todo, empapado en sudor en medio del asfixiante calor priísta.
Incluso lo confesaría en su mensaje cuando apuntó:
“Me ha dado mucho gusto, enorme satisfacción, estrechar la mano de muchas y muchos de ustedes, que me han hecho sudar la gota gorda. Pero es esa gota que ustedes, de sudor, todos los días sudan trabajando nuestros campos.
“Esas manos de ustedes, con las que labran la tierra, con la que producen alimentos que consumen las familias en las mesas de sus hogares.“Gracias por la calidez; por el trato cálido, amable, generoso, fraterno y cercano que cada uno de ustedes me dispensa.
“Por eso, siempre me regodeo, siempre celebro este encuentro con todas y todos ustedes. Porque me permite acercarme, de mano, con esta cercanía, a quienes juegan en favor de México, desde el trabajo que hacen en el campo.
“Aquí están organizaciones campesinas, mujeres y hombres, jóvenes que están dedicados a la actividad agropecuaria. Y es ésta, ocasión para con ustedes reiterar el compromiso, repito, vigente que tiene el Gobierno de la República de ser un gran aliado de ustedes”, dijo el mexiquense.
Ya casi para iniciar los discursos en la pantalla se vio a una mujer que surgió de enmedio de la primera fila; rápido se acercó al estrado a una altura mayor a la de ella, apenas reaccionaban los guaruras temiendo lo peor cuando a la vez Peña Nieto casi saltó de su silla alargándole la mano y ordenando la dejaran saludar, lo que le generó simpatías de los que lo vieron.
El primer orador fue el gobernador del estado y aquí se vio algo que solo los protagonistas sabrán. Al momento que el joven Duarte daba la bienvenida a cada una de las personalidades, al referirse al senador Héctor Yunes Landa, la cámara que lo enfocaba, cambia hacia Peña Nieto al que se ve voltear a su izquierda, extender la mano y comentar algo al líder nacional del PRI Manlio Fabio Beltrones, ante los gestos de sorpresa del dirigente nacional de la CNC y del Secretario de Hacienda que compartían asientos.
Se puede hablar de otras señales como las reiteradas muestras de afecto a Duarte, al que en el discurso dio “muchas gracias por su hospitalidad”; el hecho de saludar al “Señor Presidente del Partido Revolucionario Institucional” Manlio Fabio Beltrones, pero no al del estado como lo cuenta en su Prosa Aprisa mi paisano Arturo Reyes Isidoro, quien publicó:
“…Pero, así haya sido ocasionalmente, el presidente Peña, de los aspirantes sólo saludó a su paso al senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla, quien estaba sentado en el extremo derecho por donde bajó una vez terminado el acto, y al único otro con quien lo hizo fue con, ¡oh circunstancias!, el senador Héctor Yunes Landa.
“Peña fue saludando a todos los que estaban en la primera fila, pero cuando llegó al extremo izquierdo, de pronto el dirigente nacional de la CNC, Manuel Cota Jiménez, le dijo que ahí estaba la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich Arellano, quien platicaba con Héctor. El Presidente los saludó a los dos, a Yunes Landa de mano y le dio una palmadita en uno de sus brazos, y aunque junto, al lado, estaba el dirigente estatal del PRI, Alberto Silva Ramos, y lo vio, no lo saludó, se dio la vuelta y regresó a seguir saludando a los de la primera fila”. Esto fue parte de lo que vio el experimentado periodista Reyes Isidoro.
Por otra parte, qué bueno que Don Gustavo Carvajal Moreno, veracruzano distinguido, haya recibido el reconocimiento de la Medalla Venustiano Carranza. El Presidente lo destacó y dijo que le dio mucho gusto sumarse a este muy merecido reconocimiento.
Ahora, para terminar de comprobar las “peñaseñales”, esperemos recibir ya el posible salvavidas financiero para que el estado pueda recuperar la operatividad y jubilados, pensionados, trabajadores en activo y acreedores sigan viviendo en armonía.
Tenga el lector un fin de semana extraordinario y siga disfrutando a la familia.
gustavocadenamathey@nullhotmail.com