La que fuera presidenta de Suiza, Ruth Dreifuss, y de Colombia, César Gaviria, integrantes de la Comisión Global de Políticas de Drogas, participaron en el seminario “Asumiendo el control: Caminos hacia política de drogas más eficaces”, organizado por el Senado a principios de noviembre pasado.
Sus intervenciones dan idea de la valoración que en el mundo se hace del resultado de la estrategia prohibicionista y punitiva y cómo se ve a México en el marco de la misma. Dreifuss sostiene que con la actual política, los gobiernos del mundo “hemos abandonado en manos criminales un mercado de 300,000 millones de dólares. Hay que acabar con la prohibición, el Estado debe regular el mercado de la droga”.
En su versión, coincido con ella, las soluciones parciales como la lucha contra el crimen organizado, el lavado de dinero, el combate a la corrupción, las políticas de salud para reducir los daños y el que se permita que particulares cultiven sustancias para uso personal no van a resolver realmente el problema de las drogas. En el mejor de los casos, si se es exitoso, lo palian, pero no acaban con él.
Gaviria sostiene que en “los países que han tenido guerra son naciones mucho más endurecidas al cambio de política. En mi país es igual, la palabra legalización genera mucho rechazo. Pero también sabemos que si nosotros no cambiamos y México no cambia, Estados Unidos se va a tomar quién sabe cuántos años más cambiando, o sea que vamos a seguir poniendo miles y miles de muertos para que Estados Unidos cambie una política que ya reconoce como fallida”.
Y añade que “el fracaso de las políticas de Estados Unidos es porque los controles fracasaron; le gente está optando por la legalización porque sabe que la prohibición falló. No hay que simplemente pensar en que la gente consuma drogas sin límites, lo que hay que pensar es que el Estado asuma la responsabilidad de regular los consumos de drogas con todas las exigencias que quiera hacer, pero regularlos y tomar el control de los mercados”.
La suiza y el colombiano consideran que el fallo de la Primera Sala de la SCJN de México, que beneficia a cuatro ciudadanos que ahora podrán cultivar y consumir mariguana sólo para uso personal, “tendrá un impacto grande porque todo el hemisferio es consciente de que el país más afectado por el problema de la droga es México, que a partir de ahora será mirado por todo el mundo para ver cómo cambia sus políticas y hacia dónde se dirige”.
Gaviria piensa, coincido con él, que México, en independencia de Estados Unidos, debe de cambiar el paradigma y Dreifuss agrega que el país “tiene la oportunidad de cambiar de ruta, de buscar nuevos enfoques y de ser innovador en sus políticas de drogas”. Los dos sostienen, coincido con ellos, que México tiene toda la autoridad moral —se la dan los miles de muertos—, para en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, en abril del 2016, asumir un papel de liderazgo en búsqueda de un nuevo paradigma ante la evidencia de que el actual ya fracasó.