El mes del amor y la amistad se vivirá solo en los restaurantes, porque lo que es en el ámbito de la política no se ve por ningún lado la amistad, ni mucho menos el amor. La guerra mediática, la guerra de lodo, está en todos los frentes pese a que haya precandidatos que digan que no se subirán al ring. Las bandejas de correo electrónico siguen llenándose de mensajes descalificatorios y del conocimiento de estos correos ningún aspirante que se precie de estar en la jugada puede considerarse exento, si no los impulsan cuando menos los toleran.
Lo delicado de esta guerra mediática estriba en que entre más se acerque el día de la elección, los temas de gobierno se politizarán más, y esto, en nada abona a sus posibles soluciones. El caso de la deuda del Gobierno del Estado a la Universidad Veracruzana fue tomado inmediatamente como bandera política.
Héctor Yunes, precandidato priísta, se propuso como intermediario para que le sea liquidado el adeudo a la UV, sólo que él se le olvida, que no es Senador en funciones y que desde que fue Senador, tuvo conocimiento del tema. Miguel Ángel Yunes, precandidato del PAN-PRD, también lanzó misiles mordaces pidiendo el apoyo de los demás precandidatos para que se unieran en una denuncia ante la PGR, solo que a él le reviraron que con mucho gusto lo acompañaban, pero que primero él los acompañara a presentar denuncia ante la PGR por enriquecimientos ilícitos de él y su familia. El único que se vio mesurado, o más bien tibio, fue Armando Méndez de la Luz, precandidato del Movimiento Ciudadano, quien dijo que no iba a opinar para que la gente no pensara que se quería colgar del tema.
Ninguna de las opciones políticas presentadas abonaron realmente al problema financiero de la UV, pero sí politizaron algo financiero, que encima de todo, parece que está por arreglarse al haber reconocido ya, la Secretaría de Finanzas, el adeudo y al haber presentado a la UV un plan de pagos.
Así como el tema de la Universidad veremos en los siguientes días y meses, más temas politizados. El lamentable caso de los chicos desaparecidos de Playa Vicente, la inseguridad o los flujos de efectivo, serán utilizados como banderas políticas.
La ciudadanía necesita estar informada, pues con esa información puede forjar criterio y participar activamente en los temas importantes de Veracruz. Pero esta información debe estar alejada del ring electoral. Ojalá los precandidatos, y eventuales candidatos, ofrezcan soluciones a corto plazo y se olviden de enviar correos masivos llenos de lodo, y de dar declaraciones estridentes, cuando menos, durante febrero, mes del amor y la amistad.
Anabel Flores
Cada vez que otro periodista muere en Veracruz nos quedamos con una tristeza enorme pero lo que digamos al respecto no debe quedar… no será hablar en el vacío. Tratar de que las ondas sonoras se propaguen en la ausencia es imposible, nadie nos escucharía. Por eso es imprescindible hacer presencia, de una forma aunque sea humilde pero estar presentes para que el vacío no nos consuma y no quedemos en la indefensión completa.
Cada vez que otro periodista muere en Veracruz confirmamos que nos vamos quedando solos, y es en el blanco de nuestras pantallas, frente a las computadoras, donde ya no se encuentran palabras adecuadas. En la soledad de nuestras vidas, en las noches inciertas, sabemos que hay temor porque el miedo es parte inherente del ser humano. No creemos que deba ser así la vida de un periodista, pues mucho es tener la incertidumbre casi universal del ingreso económico como para encima tener que pasar las noches en duermevela, prestos a correr a abrazar a nuestros hijos, cerrando las puertas y ventanas hasta casi tapiarlas, pensando que los ruidos en la noche pueden significar el silencio eterno del mañana.
Los periodistas no deberíamos vivir temiendo a los ruidos en la noche… Triste situación vive en México el gremio periodístico. Mi solidaridad a la familia de Anabel Flores.
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