El ambicioso proyecto político para reconstruir el Estado de Veracruz y sentar las bases para combatir la corrupción, impunidad, inseguridad, sobre todo, podría tener algunas variantes con el posible surgimiento de nuevas figuras políticas con fuertes soportes y apoyos a nivel del gobierno federal.

Cuando todavía no concluye el proceso electoral para la renovación de Poder Ejecutivo Estatal y la Cámara local de Diputados y cuando faltan más de 2 años para que se lleve a cabo la elección para gobernador de seis años, han surgido signos que ya perturban y ponen sumamente inquietos a algunos políticos veracruzanos que ya se alistan para la del 18.

Porque se da el caso que con los recientes ajustes que el presidente Enrique Peña Nieto aplicó a su gabinete, uno de los nuevos funcionarios quedó en posición política inmejorable para aspirar con muchas posibilidades de triunfo a la gubernatura del Estado de Veracruz en los comicios del 2018.

Se trata de José Antonio González Anaya, flamante director de Petróleos Mexicanos, originario de Coatzacolacos e integrante del primer círculo que rodea al presidente Peña Nieto. Mantiene una sólida amistad con Luis Videgaray, poderoso secretario de Hacienda que lo sacó del Instituto del Seguro Social y lo llevó a la cabeza de PEMEX.

“José Antonio González Anaya es descrito como un obsesivo de los controles financieros. En el IMSS aplicó recortes en gastos y pensiones, indispensables sin duda, pero ello trajo un deterioro en los servicios nunca conocido en la institución. Es un enigma la eficacia que tendrá su método en PEMEX, con un gremio petrolero abultado, improductivo y arrogante (encarnado por el líder Carlos Romero Deschamps) pero con una enorme capacidad de chantaje sobre el gobierno y el conjunto del país”, se publica en una columna política del periódico capitalino El Universal.

Citamos a la editorialista Verónica Baz quien el pasado 12 febrero 2016 en su columna: “Pemex y la ‘Espiral de la Muerte”, publicada en el Periódico Reforma afirma que: “El Presidente se sacó un as bajo la manga al designar a Pepe Toño González Anaya, sin duda uno de los mejores miembros de su equipo, para dirigir Pemex. El nuevo director de Pemex conoce a la perfección las finanzas públicas del País y entiende la dinámica de las entidades y de la federación; tiene capacidad para negociar con cotos de poder y ostenta una carrera intachable. Del Presidente de la República y del espaldarazo que tenga González Anaya en Los Pinos dependerá que este cambio sea un punto de inflexión. La rectificación de Pemex pudiera ser, aún, uno de los grandes legados de este sexenio”.

Y es que González Anaya es un calificado economista de 49 años de edad que ha trabajado para el Banco Mundial y ha sido investigador y catedrático para el Centro de Análisis para el Desarrollo de la Universidad de Stanford. A lo largo de su carrera política ha desempeñado numerosos cargos en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, por ello es que algunos analistas consideran que sería el hombre idóneo para ajustar y poner orden en las finanzas públicas de la entidad.

Pero además de ser un miembro distinguido del grupo político que encabeza Videgaray; pues González Anaya cuenta con el respaldo del poderoso e influyente expresidente Carlos Salinas de Gortari que en el presente sexenio se ha despachado con la cuchara grande y ha catapultado políticamente a varios personajes, que tienen a su cargo importantes carteras en el gabinete presidencial.

En el caso de González Anaya existe una relación familiar con el expresidente Salinas de Gortari, ya que está casado con Gabriela Gerard Rivero, hermana de Ana Paula Gerard, la segunda esposa del expresidente mexicano, quien por lo tanto es concuño del nuevo titular de PEMEX.

Vistas así las cosas, no sería remoto que para el 2018 si las circunstancias políticas son favorables para que Videgaray sea postulado como candidato a la presidencia de la república y Carlos Salinas siga ejerciendo el poder como hasta ahora, González Anaya podría ser postulado como candidato del PRI al Gobierno de Veracruz y desplazar a quienes en estos momentos se sienten seguros para encabezar la gubernatura de 6 dentro de dos años.

Los chicos de la fidelidad, por ejemplo, serían los primeros en desaparecer .del mapa político del Estado en el 2018, si un salinista ganara el gobierno de Veracruz (ya se sabe que Salinas no quiere ver a Fidel ni en pintura) o, en su caso, si la contienda es ganada por Miguel Ángel Yunes Linares, precandidato de la alianza PAN-PRD en los comicios de junio próximo para un período de 2 años.

EL PILÓN

Los graves problemas que vive el Estado de Veracruz y que aborda de forma puntual y directa el precandidato de la alianza PAN-PRD al gobierno del Estado, empiezan a concitar el interés político de los veracruzanos. Por ejemplo, la reciente zarandeada que el aliancista les dio a los diputados locales del PRI generó de inmediato la simpatía y apoyo de amplios sectores que coinciden con los postulados del precandidato aliancista.

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