Siempre me he cuidado de lo que le prometo a mis hijos. No es que quiera matarles la ilusión prematuramente, pero prefiero no prometer lo que no voy a cumplir. La Boyis ya entendió, ahora que ya casi es mayor de edad y que me convierte en un anciano prematuro, ha entendido que conmigo un sí es sí, y un no, un tal vez. Ella sabe cómo hacerle para salirse con la suya, ni siquiera tiene que apelar a mi juvenil esparcimiento y mi disipada vida de soltero. Con que tenga paciencia al final casi siempre termino por otorgarle los efectos de sus deseos.
El más pequeño, PaquitoCafé, es cosa aparte. Con él no hay promesas por cumplir mañana, las promesas se cumplen justo ahora pues no alcanza a discernir que el tiempo tiene pasadizos en los que un día se convierte en un instante y una hora en toda una vida. Él quiere precisión en todo. Si le digo que le compraré algo mañana me pregunta ¿Cuánto falta? Falta poco, ten paciencia. ¡Sí! Pero ¿Cuánto falta? Unas veinticuatro horas. Esa falta de comunicación hace que su escasito entendimiento se devane entre mil horas y una eternidad. Finalmente termina la negociación con un tajante y explícito “Falta poco, ten paciencia”, y su lacónica respuesta que seguramente sacó de algún comercial de Televisa: “A mí nadie me respeta”. Ni hablar.
Me cuido, no crea. Y me reservo lo que no voy a cumplir. Jamás les he dicho a mis hijos que la vida será fácil pues no es fácil luchar en medio de tanta gente, pues por eso la vida es difícil, porque hay mucha gente… pensamiento pragmático de mi adorada Anilú Ingram (me estás perdiendo con esas declaraciones Ani, te lo advierto. ¡Oh bueno! ¿A quién engaño? No cheto, te lo perdono todo).
Pero así soy yo, porque lo que son los aspirantes a candidatos son otra cosa. Ellos insisten en que dos años son suficientes para componer lo que está mal en Veracruz… realmente no tienen de otra. Si reconocieran que dos años no alcanzan, estarían automáticamente nulificando su discurso.
Prometen que terminarán con la corrupción, el hambre, la falta de educación, que compondrán la infraestructura carretera y de salud… ¡Imagínese! Todo eso lo harán en dos años y aún les sobrará tiempo de operar la elección del 2018.
Tal vez el discurso etéreo que hasta ahora están manejando, les alcanzará para unos días, pero la ciudadanía está cansada de las promesas. Los veracruzanos ya no quieren buenas intenciones, no se conforman con eso… lo que los veracruzanos queremos es que nos digan a qué acciones concretas se comprometen, no a que van a abatir el rezago educativo, sino cuántas escuelas van a construir… no solo que van a disminuir la inseguridad, sino cuál es el plan que tienen para ello.
El decir que pueden ahorrar miles de millones de pesos al año reduciendo el gasto administrativo gubernamental corresponde a más disminuciones de salario y recortes de personal. Un ahorro de 15 mil millones de pesos al año no se logra solo metiendo hojas de reciclaje. ¿Cómo van a ahorrar lo que prometen y qué repercusiones tendrán esos ahorros? La ciudadanía espera propuestas y respuestas concretas.
Es tan poco el tiempo que tendrán para gobernar, como poco el que tendrán para prometer. Recordemos que las campañas vienen reducidas. Para Gobernador la campaña será sólo de 60 días y comienza el 3 abril. Mientras que para diputado serán 30 días a partir del 3 de mayo.
Si tienen tan poquito tiempo para prometer… ¿Por qué no enfocarse en lo que podrán cumplir?
Tome nota: cada que no les pagan a los maestros la razón siempre es la misma “fallas en el sistema de procesos de programación” o la culpa es del Banco. ¿Le suena conocida esa excusa?
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