Cuando le platica al Obispo Sergio Obeso Rivera de su deseo de ir a esos lugares alejados donde la gente requiere de ayuda, apoyo, atención, éste le responde que tendrá muchas dificultades por la comunicación, por las distancias, por equis, ye y zeta, que al final, ella le dice: “Mejor deme la bendición, porque con una sola familia que ayude, me doy por bien servida”. Entonces, Obeso Rivera entendió… estaba frente a una mujer testaruda y necia, que nunca se da por vencida.
La anécdota la cuenta Sonia Sánchez de Chirinos, como aún la recuerdan a lo largo y ancho del estado, quienes alguna vez tuvieron que ver con la entonces presidenta del DIF estatal.
Llega ataviada en un vestido rojo, ligera en el maquillaje, con dos perlas como aretes y ninguna joya en las manos, aunque eso sí, bien pintadas las uñas. La acompaña María, su hija, joven espigada de 1.72, de botas, pantalón de mezclilla, camisola y chamarra tipo militar, que por sí sola, bien merecería un comentario aparte.
II
“Te escucho”. No es una frase ni sólo el nombre del movimiento que va conformando la señora, a quien le disgustan los títulos: “Me gusta que me digan Sonia”. “Te escucho” es una acción que practica desde hace muchos años y a la fecha aún lo hace, más ahora que recorre el estado en apoyo de Héctor Yunes Landa, y también conformando un “mapeo social”, en especial sobre esas poblaciones vulnerables en aras de incorporarlas a políticas públicas.
Toma tan en serio “Te escucho”, que atendiendo todos los días a la gente con y la que se le acerca, que duerme desde hace muchos días sólo cuatro horas.
Y si bien, en este recorrido por tierras veracruzanas lamenta ver el abandono de esa gente con la que estuvo, alejadas del bienestar, donde ya no ve los centros de salud, cocinas comunitarias o los programas de autosuficiencia que hizo en su tiempo, quizás porque no hubo acercamiento, seguimiento ni supervisión, algo deja en claro Sonia: “No vengo a juzgar”, porque también se percata que mucha gente se hizo “dependiente” de la ayuda oficial.
III
Es realista. Ve a un Veracruz lastimado y herido por desatinos en su administración, pero precisa que si queremos a Veracruz, “que nuestro amor por él, aleje el encono” y pone un ejemplo de ello: Cuenta que en la mañana de ayer, estuvo con un grupo de padres con hijos autistas. “Muchos de ellos se enfrentan a la discriminación social; no obstante, el esfuerzo y la suma de voluntades logra que se vaya para adelante y vean progreso en sus hijos”.
Se insiste: es realista pero enfatiza: En el PRI, “somos más que un Gobierno… hay mucha gente que dedica su vida al servicio público”.
IV
¿Por qué no regresó a Veracruz? se le pregunta, tras el fin del sexenio de Patricio Chirinos Calero. “Me retiré porque había que dejar espacios”, responde, aunque si bien volvía, trataba de hacerlo de la forma más discreta a visitar a amistades, lazos muy estrechos, que van a lo largo y ancho de Veracruz, con ex presidentas municipales del DIF estatal, mujeres altruistas, ex diputadas, y sobre todo, con esa gente por la que trabajó a lo largo de un sexenio y que aún la recuerda. Sí… tiene mucho contacto con mujeres y también un excelente sentido del humor. Dice que oyó hablar de las barbies, de las reinis… pero en realidad “las mujeres veracruzanas somos guerreras”.
Por cierto, su regreso a Veracruz lo fecha en un día doblemente especial: el 8 de marzo; sí, el Día Internacional de la Mujer y también, ¡el día de su cumpleaños! lo que aprovecha para hacer un doble reclamo al Grupo de los 10, esos columnistas que la acompañan durante la comida: Primer reclamo: ¡Nadie la felicitó!; segundo reclamo: ¿Por qué no hay mujeres en el G-10?
Ante las respuestas al segundo reclamo (sí, se evadió más fácil el cumpleaños), ella sugirió incorporar a la aún diputada Mónica Robles Barajas…
V
Agradable, de sonrisa abierta y franca, confiesa que le encanta Xalapa, pero tiene planes para irse a vivir a La Pitaya, para alejarse del asfalto, aunque en estos momentos no percibe el tremendo tráfico que se vive en la Atenas Veracruzana (ya está acostumbrada al del DF), porque dice que ha hecho de su camioneta una oficina… y de María Chirinos Sánchez, ¡una esclava! pero su hija, en serio, es tema a tratar en otra columna.
¡Bienvenida Sonia!
smcainito@nullgmail.com