Frank Underwood, Presidente de los Estados Unidos en la Serie de Netflix “House of Cards” asegura que un buen político nunca debe perder la oportunidad de robar una buena idea. Es el arte de la anticipación lo que hace que un político sobreviva o no.
¿Quién trae un mejor timing entre los aspirantes a la gubernatura en Veracruz? Es cuestión de percepción. Sin comprometerme más de lo objetivamente posible, creo que ese timing lo traen Héctor, Miguel Ángel y Cuitláhuac. Hasta el momento cada uno ha ido ganando o perdiendo adeptos por soluciones puntuales a problemas específicos (Bueno Torio ha estado en una criba diferente, pues ha ocupado su tiempo en luchar contra gigantes invisibles que no desean verlo inscrito en la boleta).
Eso, desde el punto de vista electorero les ha servido a los tres para posicionarse, pero en lo pragmático, se ha traducido en una competencia: ver quién grita más fuerte. Uno dice que meterá a la cárcel a los corruptos; otro que meterá a la cárcel a los corruptos; y un tercero asegura que meterá a la cárcel a los corruptos… Uno dice que acabará con las ratas; otro sube los decibles y dice que que acabará con las ratotas; y un tercero sube aún más la voz y dice que acabará con las megaratotas. ¿Dicen lo mismo? Tal vez no.

Jorge Luis Borges, en su Ficción “Pierre Menard, autor del Quijote”, escribió:

El texto de Cervantes y el de Menard son verbalmente idénticos, pero el segundo es casi infinitamente más rico… Es una revelación cotejar el don Quijote de Menard con el de Cervantes. Éste, por ejemplo, escribió (Don Quijote, primera parte, noveno capítulo).
…la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.
Redactada en el siglo diecisiete, redactada por el “ingenio lego” Cervantes, esa enumeración es un mero elogio retórico de la historai. Menard, en cambio, escribe:
…la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.

Hay gigantes diferencias entre lo que escribe Menard y Cervantes. Si no las detectó vuelva a leerlo y cada que relea seguramente encontrará nuevas diferencias, inteligente lector lectora. En contraposición, hasta el momento no existen diferencias entre lo que dicen Héctor, Miguel Ángel o Cuitláhuac. Sus discursos globales son, en esencia, Lo Mismo. Al final, señalar los errores del pasado no tiene demasiada ciencia. Mirar hacia atrás no requiere más que detenerse unos instantes y enumerar lo que se ha hecho mal… lo complicado es realizar proyecciones reales, crear escenarios posibles y empatar lo deseable con lo asequible.
Habremos de escuchar en abril y mayo, nuevas propuestas para que a Veracruz le vaya bien. Serán diferentes a las que hayamos escuchado hasta el momento, e incluso habrá quienes digan que se robaron sus ideas (según Underwood sería entonces un mal político al tener ideas y no saberlas capitalizar).
Lo que debemos buscar en la semántica de sus discursos son las ingentes diferencias que hacen que lo deseable sea posible. Es muy bonito escuchar “Que devuelvan lo robado”, pero hasta la fecha, que sepa, Elba Esther (por poner un ejemplo) no ha devuelto ni un chelín. Y en su caso, si lo lograran, no sería devolver, sería confiscar bienes y rematarlos a precio de baratija para recuperar centavos en lugar de millones. Suena bien que llevarán a la cárcel a los corruptos, pero no nos dicen que las cuentas públicas se validan dentro de los primeros tres meses del año fiscal siguiente; esto es, del 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015, en el ámbito de competencia estatal habrá poco o casi nada que hacer. Tendrán sólo 3 meses para validar o no la cuenta pública 2016, año en que, por cierto, menos recursos se han aplicado. Podrían, con muchísima voluntad política, meter a la cárcel a algunos corruptos pero sólo con la actuación de la Federación.
Todo lo que escuchamos y vemos en los spots, se ve muy bonito, suena bien, pero aparte de ser el mismo discurso de todos, no siempre es posible.
Tendremos que esforzarnos aún más para encontrar en los que prometen, esa verdad -testigo del pasado- que sea advertencia de lo por venir. A partir del inicio de las campañas formales se jugará con fichas nuevas, con jugadores bien definidos, con escenarios políticos diferentes y será momento de que por fin nos digan cómo piensan resolver este gran acertijo que se llama Veracruz.
No se trata de olvidar el pasado, se trata de entender que el porvenir depende de nosotros, de lo que aceptemos como cierto o viable. Resulta absurdo que nos quieran vender leche agria, pero es ingenuo el comprar la leche agria sólo porque el lechero te dice que el de enfrente vende una leche… aún más agria.
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