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EFE

Detalles de la vida y de la muerte de los faraones, como que Tutankamón no fue asesinado sino que murió en un accidente, han sido recopilados en un nuevo libro que explica el estudio de las radiografías realizadas a sus momias y que fue presentado hoy en El Cairo por el destacado egiptólogo Zahi Hawás.

“Por primera vez podemos conocer todo sobre las momias (de los faraones): la causa de la muerte, en qué circunstancias murieron, las enfermedades que tenían”, gracias al empleo de la tecnología, aseguró a Efe Hawás, exministro de Antigüedades de Egipto hasta el año 2011.

Hawás y la profesora de Radiología de la Universidad de El Cairo Sahar Salim han aplicado la tomografía computarizada a momias reales del Reino Nuevo custodiadas en el Museo Egipcio de El Cairo en los últimos años y han recogido sus hallazgos en un detallado libro titulado Escaneando a los faraones.

La obra recopila descubrimientos como el mencionado sobre Tutankamón -ya desvelado en 2005- o el de que Ramsés III fue asesinado cortándole el cuello -anunciado en 2012-, según explicó Hawás, que resaltó estos hallazgos como dos de los más destacados.

“Hemos conocido muchos datos que nos han ayudado a entender mejor la vida de los antiguos egipcios y también la vida y la muerte de los reyes y reinas”, aseguró la profesora Salim en declaraciones a Efe.

La experta detalló que realizaron radiografías de momias de la XVIII dinastía (1.550-1.295 a.C.), a la que perteneció la familia de Tutankamón, y de la XIX dinastía (1.295-1.186 a.C.), durante la cual reinó el famoso Ramsés III.

La tomografía computarizada ha relevado datos sobre la edad con la que murieron esos faraones, sus condiciones de salud en el momento de la defunción y el proceso de momificación, así como la causa del fallecimiento de algunos de ellos.

En el caso de Ramsés III se sabía que hubo una conspiración en la corte real contra él, pero la radiografía de su momia reveló que le cortaron la garganta con un cuchillo afilado y además una parte de su pie izquierdo le fue amputado, probablemente con un hacha.

Estos detalles se han podido conocer gracias al análisis de las radiografías, tal y como queda explicado e ilustrado en el libro, lo cual apoya la teoría de que el poderoso faraón fue asaltado por varias personas con diferentes armas.

Asimismo, los autores relatan cómo el cadáver del “faraón niño” fue sometido a un tratamiento de belleza antes de ser momificado: la piel de su cara fue rellenada con material para que tuviera un mejor aspecto, método similar a las cirugías estéticas modernas.