Una manera de sentir un poco de libertad y de expiar las culpas por los delitos cometidos, es participar en la representación de la Pasión y la Muerte de Cristo, misma que realizan una treintena de internos que purgan condenas de varios años en el Centro de Reinserción Social Zona I Xalapa, de Pacho Viejo.
El encierro del que son objeto 730 internos, es uno de los principales motivos para que busquen en la religión una forma de salir de la rutina, ya que desde hasta con cuatro meses de anticipación preparan dicha representación.
La escenificación del también conocido como Viernes Santo, la realizan año con año, Efraín lleva personificando a Jesucristo desde hace seis años, espera que este año sea el último, sin embargo se muestra incrédulo porque el resto de los internos que profesan la fe católica: «no quieren o no pueden con el compromiso porque se necesitan buena condición física», explica.
Acompañados de sus familiares, los reos se concentran y con unos diálogos perfectamente bien aprendidos representaron la viacrusis; Jesucristo, los 12 apóstoles, Herodes, Pilatos, la virgen María, María Magdalena, Verónica y los guardias recorrieron el penal.
En el patio, los pasillos y la cancha deportiva fueron los espacios destinados para realizar la representación, aquellos internos que no profesan la fe Católica, tímidos se asomaban por las ventanas o hasta donde su libertad se los permitía.
Filas de personas con camisas color naranja, hacían de valla humana, indicando el camino por el que habría que pasar el Hijo de Dios que estaba apunto de ser crucificado.
Porqué del color naranja en los internos? Se le cuestiona a la responsable de prensa; «para diferenciarlos, el naranja es un color muy fuerte, incluso en la noche se logra ver a lo lejos».
La representación inició a las 10:20 de la mañana con la última cena de Jesús con los 12 apóstoles en el pequeño auditorio, en donde casi un centenar de internos y sus familiares de manera respetuosa siguieron todas y cada una de las estaciones.
Los custodios con uniforme en color verde, se dispersaban entre la multitud y estaban pendientes de los movimientos de los internos.
Cuando no les tocaba actuar, los internos aprovechaban para abrazar a sus hijos, caricias que deberían recibir todos los días, pero debido a las circunstancias o por los errores cometidos por sus padres, son escasas.
Entre las oraciones pedían a Dios por sus familiares, por los enfermos, por las mujeres que son esposas, madres, hijas, viudas, quienes ahora son el sustento de este núcleo que se ve quebrado ante la ausencia del padre.
En la escenificación «el chilango», quien durante la representación fungió como guardia, era quien más se ensañó con Efraín, los «latigazos», que realizaba con un pedazo de tela húmeda amarrada a un palo de escoba, se escuchaban como si fueran reales: «eso debe doler aunque sea de tela», murmuraban los asistentes.
Para poder aliviar la sed que provocaba los intensos rayos del sol que a medio día caían a plomo en Pacho Viejo, en el vecino municipio de Coatepec, los mismos internos auxiliaban a los administrativos a regalar botellas con agua y Coca Cola fría.
Efraín en su papel de Jesucristo, llevó a cabo todo el recorrido, cargó una pesada cruz de madera, misma que fue elaborada por los internos.
El vestuario también fue confeccionado por los participantes, las túnicas son las mismas que utilizan cada año, algunos descalzos, otros con sandalias de plástico, pero sin importar las carencias lo más importante era estar ahí.
Durante el momento cúspide que fue la crucifixión de Jesús, todos guardaron silencio, solo era interrumpido por el llanto de los dos bebés que fueron llevados por sus madres a visitar a sus familiares.
Al concluir la representación, la treintena de participantes no podían dejar de lado la foto del recuerdo, para inmediatamente después estrechar a sus seres queridos.
Así se vive año con año la celebración de la Semana Santa en el penal de Pacho Viejo, una representación que sirve para limpiar las culpas y salir de la rutina para quienes por cometer algún delito se encuentran privados de la libertad.