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BBC

Son algunos de los horrores relatados por víctimas británicas de los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) en una colección de documentos que fueron hechos públicos este jueves.

Los Archivos Nacionales de Reino Unido publicaron 900 solicitudes para recibir ayuda económica que víctimas británicas de la persecución nazi hicieron llegar a su gobierno entre 1964 y 1965.

Se trata de documentos que no han visto la luz en más de cinco décadas. En algunos casos los nombres de los solicitantes han sido ocultados o redactados para respetar las leyes de protección de datos.

En la década de los 60, alrededor de 4.000 personas solicitaron una compensación económica a Reino Unido por las secuelas de su paso por los campos de concentración nazis.

Sin embargo sólo 1.015 llegaron a ser beneficiarios de las compensaciones.

En sus solicitudes, los exprisioneros relataron los horrores vividos durante su cautiverio.

Palizas y trabajos forzados

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Reino Unido repartía la ayuda económica según el tiempo pasado en un campo de concentración (un mínimo de tres meses) y el grado de discapacidad, además de la condición de ser ciudadanos británicos.

Una de las exprisioneras que no consiguió una compensación económica fue Johanna Hill, quien perdió toda posibilidad de ser madre debido a las palizas de la Gestapo, la policía secreta nazi.

La mujer había estado internada un mes y medio.

Image copyright PA Image caption Estas solicitudes han tardado más de cinco décadas en ver la luz.

En los documentos hechos públicos este jueves también se encuentra la solicitud de Ludmila Kokrda, quien pasó cinco años y medio en una prisión nazi, incluyendo un año en el campo de concentración de Ravensbruck, al norte de Berlín.

La mujer se vio obligada a trabajar en la limpieza de un pantano, a menudo bajo intensas lluvias, usando nada más que una camisa de algodón. Según relató, vivía con una dieta de remolacha, hojas y cáscaras de papa.

Kokrda presentó su solicitud a pesar de que ella y su marido no eran ciudadanos británicos. La petición fue rechazada.

El gran escape

Bertram «Jimmy» James también vio como su petición por haber estado encerrado en el campo de Sachsenhausen (Brandeburgo) fue denegada.

Image caption 30.000 cuerpos fueron retirados del campo de concentración de Bergen-Belsen.

Le respondieron que «no llegó a padecer los tratamientos inhumanos y degradantes propios de un campo de concentración«.

Para el gobierno británico, las condiciones de Sachsenhausen «no eran de ninguna manera comparables» a las de otras campos.

Finalmente, después de que en 1968 se decidiera que las víctimas británicas de este campo de concentración también debían ser compensadas económicamente, James recibió 1.192 libras, unas 18.500 libras de hoy (unos US$26.000).

James participó en el denominado «gran escape» del campo de Stalag Luft III en Polonia en 1944, que inspiró la película con el mismo nombre dirigida por John Sturges y protagonizada por Steve McQueen.

Unos 50 compañeros de James fallecieron en la fuga.

«Extendido canibalismo»

Image copyright PA Image caption El relato de Harold Le Druillenec señala que presenció actos atroces en el campo en el que estuvo internado.

«La ley de la jungla reinaba entre los prisioneros. Por la noche matabas o te mataban y por el día el canibalismo se extendía».

Es el relato de Harold Le Druillenec, el único sobreviviente británico del campo de concentración de Bergen-Belsen, en el departamento de Baja Sajonia, en el norte de Alemania.

Le Druillenec relató en su solicitud de compensación que en el campo «no había comida, ni agua, y dormir era imposible».

El británico añadió que en otro campo de concentración en Hamburgo sufrió torturas y castigos mediante ahogamientos, golpes y crucifixiones «a todas horas del día».

Harold Le Druillenec recibió como compensación 1.835 libras, lo que ahora equivaldría a 30.000 libras (unos US$43.000).

No es la primera vez que se mencionan prácticas caníbales en el campo de Bergen-Belsen.

Image copyright Getty Image caption En el campo de Bergen-Belsen muchas personas fallecieron por inanición.

En 1945, en el fin de la guerra, el brigadier Llewellyn Glyn-Hughes, jefe de los médicos británicos, le contó a la agencia de noticias Reuters que vio evidencia de canibalismo en ese campo.

La principal tarea de su visita al campamento fue retirar los cerca de 30.000 cadáveres acumulados.

Allí, muchas más personas fallecieron por inanición y no por tifus u otros males.

Está previsto que en 2017 el gobierno británico publique alrededor de 3.000 documentos similares a los hechos públicos este jueves.