Ya ahora, la elección presidencial del 2018 despierta más interés que las elecciones de las 12 gubernaturas que tendrán lugar el próximo 5 de junio. ¿Qué lo explica? Una primera respuesta es decir que las elecciones para gobernador sólo interesan en las regiones y no al país. Es cierto, pero pienso que ésa no es la explicación.
A la mitad del sexenio, el presidente Peña Nieto parece haber agotado su mandato. Después del arranque espectacular del primer año de gobierno, con la propuesta y aprobación de las reformas estructurales, su administración se vio envuelta en problemas de corrupción, violencia y violación de derechos humanos, de los que no ha podido salir.
El presidente y su gobierno no dieron la atención que se debía a casos críticos, francas crisis, como Ayotzinapa, casa blanca, Malinalco, Tlatlaya y Tanhuato. Reaccionaron lento y mal. Esos hechos, de suyo problemáticos, crecieron por el manejo que se hizo de ellos. Aunque se pretenda ignorarlos o minimizarlos, están ahí y han hecho mella y marcan a la actual administración.
En los dos últimos años el gobierno federal ha desaparecido, para la gente. El presidente y su gobierno, a lo largo de su mandato, tienen, en todas las encuestas, muy bajos niveles de aceptación. La estrategia de comunicación de la Presidencia contribuye a la ausencia del presidente y su gabinete en la agenda mediática nacional.
La percepción de que el presidente y su gobierno ya dieron todo lo que tenían o podían dar y que en los tres años finales de su gestión poco o nada se puede esperar de ellos es lo que abre el espacio para que la gente esté muy interesada en las próximas elecciones presidenciales. Hay una creciente expectativa de quién puede ser el siguiente presidente.
Si el presidente y su gobierno no cambian la política y la estrategia de comunicación, con carácter de urgente, lo que va a ocurrir es que su presencia seguirá disminuyendo y tenderá a crecer, como ya ocurre, la imagen de los posibles candidatos a la Presidencia de la República.
En la agenda política y de los medios, también en la imagen ciudadana, están muy presentes como posibles candidatos a la presidencia Andrés Manuel López Obrador, Miguel Ángel Osorio Chong, Miguel Mancera y Margarita Zavala. De los independientes Jaime Rodríguez Calderón, el Bronco, Juan Ramón de la Fuente y Jorge G. Castañeda.
Las ideas que aquí planteo no son sólo mías. Las oigo cada vez con mayor frecuencia en muy distintos ambientes. Son tema de desayuno, comidas y café. Estas conversaciones no se reducen a la Ciudad de México, sino que también están presentes en los estados. Hablan de una percepción generalizada, de carácter nacional, que debe preocupar al presidente y a su gobierno.