Todos hemos sido testigos de las etapas de precontingencia y contingencia ambiental que se han dado principalmente en la Ciudad de México. Incluso, hasta la percepción ciudadana de los estados afectados ha sido errónea ya que cierto diario de circulación nacional hizo una encuesta preguntando a los ciudadanos quién era el responsable de cierta medida y hasta de la doble implementación del No Circula. De inmediato, el asunto se tornó más político que ambiental, ya que un 60 por ciento de los encuestados señaló directamente a Miguel Ángel Mancera, seguido de Enrique Peña Nieto, Todos los ciudadanos y por último, al gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila.
Jamás citaron ni por error a la verdadera responsable de la imposición de medidas ambientales: La Comisión Ambiental de la Megalópolis, órgano de coordinación administrativa intergubernamental integrado por los gobiernos federal, el de la Ciudad de México y los de los estados de Hidalgo, Edomex, Puebla y Tlaxcala.
Pero, usted dirá ¿Qué chingaos me importa si yo no vivo en esos estados?
Si por motivos de trabajo ha viajado al centro del país o tiene familiares en el mismo, seguramente entiende de lo que estoy hablando; pero si no, déjeme decirle que Veracruz no está lejos de una precontingencia.
No sé mucho de las medidas de la calidad del aire, ni de niveles de ozono o imecas, pero confío en mi nariz.
Le cuento. El domingo 3 de abril, el marido y su servidora decidimos participar en una carrera en la capital del estado. El evento iniciaba a las cero horas. Por lo que llegamos al centro de Xalapa quince minutos antes. La circulación vehicular era lenta y tristemente se percibía un terrible olor a combustible en el aire. De inmediato, el cuestionamiento surgió: si eso se respira en fin de semana y a media noche ¿cómo es la calidad del aire a medio día en la zona?
Creo que los veracruzanos no nos hemos puesto a pensar en el aire que respiramos diariamente, ni en las próximas medidas ambientales que pudiesen surgir en Veracruz. Estamos más inconformes en llevar a verificar el automóvil, por lo que vamos a pagar, que por la contaminación que nos pueda evitar.
Hace unos días fui a un verificentro para informarme sobre la verificación. Fue sorprendente que en uno de los tres instalados en la ciudad capital no hubiese ningún vehículo. ¿Dónde están todos los demás? ¿será que no les importa la contaminación que puedan provocar con sus unidades?
En Veracruz, a partir del lunes 25 de enero de 2016, iniciaron operación los verificentros del nuevo Programa de Verificación Vehicular Obligatoria de acuerdo a la norma oficial mexicana NOM-047-SEMARNAT-2014, que indica que los vehículos que circulen en el estado (más de dos millones) deban verificarse a través de la prueba dinámica, con excepción de aquéllos que por sus características técnicas no puedan ser revisados en un dinamómetro.
Definitivamente hay resistencia en la población a llevar sus vehículos, pues consideran demasiado alto el pago de la verificación, aunado a que el tema se ha tornado político y hasta legal por todos los amparos de los Centros de Verificación anteriores que han interpuesto ante las instancias correspondientes.
Actualmente, el gobierno del Estado lleva a cabo un programa de condonación de multas por no verificar en los plazos establecidos hasta la primera mitad el año, con la finalidad de que en 2016 todos los vehículos tengan su verificación correspondiente. Definitivamente indigna a los que cumplimos en tiempo y forma la verificación vehicular, pero ¿de qué otra forma se puede invitar al dueño del taxi, autobús, vehículo particular a hacerlo?
Dejemos un poco lo político, y tomemos medidas ambientales, porque si no cuidamos el aire que respiramos, definitivamente en poco tiempo estaremos como en la megalópolis.
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