Manifestantes en demanda de aumentos salariales y derecho a sindicalizarse se congregaron el jueves frente a restaurantes de la cadena McDonald’s en Estados Unidos y otros países, como parte de una vasta campaña de protestas contra el gigante de comidas rápidas.
Trabajadores con bajos salarios —incluso empleados de aeropuertos, profesores adjuntos y otros— participaron en la campaña “Fight for $15” para mostrar su solidaridad con los trabajadores del sector. Dicen que la campaña se centra en McDonald’s por su capacidad para influir en las prácticas salariales en todo el sector.
El esfuerzo tiene el respaldo del sindicato Service Employees International Union (Gremio Internacional de Empleados de Servicios) y comenzó a finales de 2012, con huelgas de trabajadores de comidas rápidas en la ciudad de Nueva York. Desde entonces, las crecientes manifestaciones han contribuido a colocar el asunto en el centro del debate político. El éxito ha motivado a organizadores a expandir sus gestiones para energizar a nuevas hornadas de trabajadores a pelear por mayor salario y sindicalización.
Los organizadores dicen que se planeaban protestas en Nueva York, Boston, Chicago, Los Ángeles, Miami y Nueva York. En París, unas 100 personas con banderas rojas sindicales se congregaron en las afueras de un restaurante de McDonald’s en el parque Disneyland de la capital francesa.
La campaña se produce en momentos en que McDonald’s Corp. trata de revigorizar su negocio y recuperar comensales. Esta semana, ejecutivos de la empresa se reunieron con operadores de franquicias en Florida en una convención y analizaron planes para una recuperación.
Lisa McComb, representante de McDonald’s, dice que la compañía da a sus empleados acceso a programas que les ayudan a conseguir certificados de secundaria y universidad. Dijo que McDonald’s ha elevado salarios 1 dólar por encima del mínimo local por hora en los restaurantes propiedad de la compañía en Estados Unidos, que representan aproximadamente 10 por ciento de sus más de 14 mil localidades.
Sin embargo, los trabajadores de McDonald’s dicen que esas medidas son un truco publicitario que no resuelve las dificultades que ellos enfrentan.