“¡Señores yo tengo güevos/ yo tengo aguanteeee/ yo sigo a los tiburones/ a todas parteees. Dale dale rooo!…”: porra oficial Tiburones Rojos.

Buen día apreciado lector:

Como le cantaba Jorge Negrete a La Valentina, “una pasión me domina y es la que me hizo venir”, pudiéramos decir cuando llegamos al legendario estadio “Luis Pirata Fuente”, y lo apreciamos atestado de aficionados deseosos de que esta vibrante contienda deportiva, la gane el equipo estandarte de nuestra tierra veracruzana:

Y cuando así sucede, abrumadoramente excitados, saltar del asiento, gritar ¡¡gooooool!!, hasta enronquecer, brincar y bailar de gusto en la tribuna para sacar esa emoción largamente contenida.

Es algo incomparable, sobre todo cuando esa pasión viene desde niños, de cuando empiezas a jugar el futbol soccer en el patio de la casa, en la calle, en la escuela; yo por eso cuando puedo, veo los partidos por la tele con mis nietos y ya hasta los llevé a un juego en vivo que “de chiripa” ganó El Tiburón y estaban felices por ello.

Como todo, cuando los equipos juegan con inspiración, con alegría y voluntad, “con güevos” vaya, “el juego del hombre” como calificó el mítico cronista Angel Fernández a este duro deporte que se desarrolla en 90 minutos y que ahora también juegan las mujeres se vuelve especial.

Pero más que en los estadios, el que se juega en el barrio y en la escuela es el que nos inyecta esa pasión que después vamos a sacar en los estadios del futbol profesional donde el deporte se vuelve negocio en el que se arreglan resultados a través del árbitro.

El futbol llanero nos da alegría, coraje, carácter, vitalidad y nobleza, nos ayuda a tener fortaleza física y mental, a pensar y a desarrollar la vida en armonía.

Pero el otro, el futbol profesional debemos entenderlo tal como es: tramposo, corrupto, amañado, porque a pesar de que así lo sentimos y así se transparenta, ¡así lo vamos a ver a los estadios!. así también. “aunque sea así”, queremos que nuestro equipo favorito gane.

Eso pasa con el llamado Torneo de Copa. Aparentemente los empresarios no le han encontrado un gran interés económico y no se meten mucho con el resultado, dejan ganar, al que sea, hasta a los Tiburones y no le aplican el mal arbitraje que es la clave para acabar al que no convenga en el momento.

¡CAMPEONES!

Pero ayer el Veracruz jugó muy bien, ese triunfo no se lo quitaba nadie ni su nuevo ingreso a su gloriosa historia.

El equipo profesional de futbol soccer de Veracruz había repuntado gracias a un visionario y ya triunfador empresario campeón como es Fidel Kuri Grajales al que conocí en Orizaba allá en los albores de la campaña para gobernador de don Agustín Acosta Lagunes. Este Fidel si que ha sabido hacer su trabajo. Por cierto, tiene una excelente colaboradora en su equipo como es Gabriela Vilaboa, le apoya y muy bien.

Entonces Fidel ha revivido al equipo “Tiburones” y a esa pasión, “la Tiburomanía”, que surgió creo que en los años cuarenta con El Pirata Fuente, y siguió con Mariano Ubiracy, Loquito Aussín, a los que este reportero de chamaco venía a admirar desde Acayucan y tantos otros ídolos, con aquel también legendario Don Pepe Lajud y se extendió con Comas, Martín Rodríguez, últimamente con Cuauhtémoc Blanco y ahora con Keko Villalba, Furch y Carlos Reinoso.

Bien hecho Fidel, échale ganas y qué bueno que invitó a Héctor Yunes Landa quien enfrentó el reto de ingresar la noche del miércoles a un campo minado para los políticos como son los estadios y ahora que, apoyado por la mayoría que se interesa en el progreso de Veracruz gane la gubernatura y enderece las cosas en el estado, será el principal impulsor del futbol llanero y por qué no, del profesional.

Feliz fin de semana en su hogar apreciado lector.

gustavocadenamathey@nullhotmail.com