Todos los mexicanos estamos impresionados por los millones de millones de pesos que se ejercen cada año en el presupuesto federal. Por los cientos de miles de millones de pesos que ejercen los estados. Por los cientos de millones que ejercen los municipios. Por los millones de pesos que manejan las agrupaciones cañeras. Por los miles de millones de pesos que manejan los ingenios azucareros en el país. Por los cinco millones de personas que depende de la caña de azúcar para vivir en nuestro querido México. Por los millones de mexicanos que producen productos agrícolas de los cuales depende su subsistencia diaria.
¿A que viene todo este rollo? Fácil, a que México era potencia exportadora de productos primarios hasta el gobierno de Luis Echeverría. Luego encontramos petróleo y nos olvidamos del campo. Es decir desde 1976 el campo mexicano que era el principal obtentor de divisas para el país fue relegado en las políticas públicas y privadas. Y hasta la fecha no se ha podido recuperar, al grado de que ahora dependemos del exterior para poder comer, pues si mañana se cerraran las fronteras al comercio, los mexicanos nos moriríamos de hambre.
Todo esto viene a colación porque quien esto escribe ha insistido mucho en que debe de asignarse presupuesto y luego realizarse investigación y desarrollo de nuevos productos agropecuarios. Y no me digas que no te interesa, pues la economía de millones de mexicanos depende del campo y si a ellos no les va bien, se convierten en un lastre en el desarrollo económico del país. En cambio si les va bien, se convierten en motor de desarrollo y crecimiento. ¿Te quejas de que el dinero no alcanza? Pues los productores agropecuarios podrían ser la solución a tus problemas. Si a ellos les va bien, le va bien a toda la economía del país.
Y si eso es importante, lo que viene e indignante. Aparece una noticia en algunos medios nacionales y locales dónde se informa ¨Investigan 22 nuevas variedades de caña de azúcar¨. Primero la emoción porque la zona centro del estado de Veracruz tiene una gran dependencia económica de la caña de azúcar, del café y del limón. Luego el desencanto: La investigación se lleva a cabo en el Centro Nacional de la Caña de Azúcar, ¡EN BOLIVIA!. Vaya, un país pequeño, pobre, con escasos recursos económicos le lleva la delantera a la economía número catorce en el concierto de naciones. Presumimos que somos una potencia económica y no tenemos un centro de investigación que desarrolle nuevas especies de vegetales con mayor rendimiento, que sean acordes a nuestros suelos y a nuestras condiciones climatológicas. ¡Viva México!, perdón, debí decir ¡Viva México Mediocre!.
Desde 1984 no se desarrolla en México una nueva variedad de caña de azúcar. La que se siembra viene de otros países, o se continúa con variedades criollas que no tienen el mismo rendimiento en sacarosa que las nuevas variedades. México podría producir más azúcar con menos hectáreas sembradas. O mucha más azúcar con las actuales hectáreas en producción…. Pero eso…. A nadie le importa. A ninguno de los que enumeré en el primer párrafo… ¡A NADIE!.
Sabes acaso que las variedades resistentes a la roya que se están promoviendo y sembrando en México son desarrollos de otros países que incluso ya superaron los rendimientos con nuevas variedades. ¡Es como si te vendieran un auto modelo 1990, a precio de auto último modelo 2017! Así está la economía del sector agropecuario en el país.
Ahora no podemos evitar entender porque hay tanta pobreza. No es sólo por el gobierno ladrón. No es sólo por el pueblo corrupto. No es que seamos flojos los mexicanos, pues se ha demostrado que somos mucho más productivos que otras nacionalidades, cuando tenemos el ¨cómo¨ y el ¨con que¨. También sabemos que por política nacional, a los mexicanos en México nos pagan menos que en otros países por un trabajo igual. Y el mejor ejemplo es la industria automotriz, en la cual nos hemos convertido en potencia mundial, pero que medidos por cualquier estándar, los obreros mexicanos ganan mucho menos que sus contrapartes en cualquier otro país, a trabajo igual. ¡Viva México! Otra vez.
Imagina un centro de desarrollo e investigación que en diez años revolucione la agricultura en México. Investigando, analizando, conociendo, desarrollando tecnología y nuevas variedades que permitan al país elevar su producción y productividad, lo cual a su vez llevaría a un traslado de conocimientos y tecnología al campo mexicano, que a su vez, generaría más riqueza y empleos, arraigaría a los jóvenes a su tierra y les ofrecería mayores oportunidades. Eso se llama desarrollo y eso (desarrollo) es la política que hace falta en el país, política que nadie aplica. Entiéndase política como un programa orquestado desde las mas altas autoridades para que se logren metas específicas en tiempos determinados, beneficiando a una enorme cantidad de población.
Imagina una sierra de Zongolica con riqueza, y explotando el turismo. Imagina a Huayacocotla con riqueza y alegría. Imagina las zonas cañeras con mas y mejores rendimientos por hectárea. Imagina los ingenios modernos y eficientes, al grado de que el azúcar sea un sub producto más, aprovechando toda la riqueza que la caña puede ofrecer, y compartiendo dicha riqueza de manera justa y equitativa con los productores de caña.
Imagina a los naranjeros, a los limoneros, a los cafetaleros, en pocas palabras, imagina a Veracruz como el verdadero granero de la nación. Imagina incluso nuestros ríos limpios, con su agua aprovechable. Imagina a las ciudades y pueblos que hoy los contaminan, con plantas de tratamiento de aguas negras, e incluso aprovechando esas aguas negras para la fabricación de composta. Imagina a las industrias que hoy contaminan porque los mexicanos muertos de hambre necesitan trabajos y no les importa que les llenemos de mierda sus ríos y sus tierras. Imagina a esas empresas trabajando con estándares de calidad similares a los que tienen en sus países de origen, con transferencia de tecnología y con productividad y eficiencia, sin contaminar y generando beneficios sociales a su comunidad.
Veracruz puede ser otro, si a alguien le pudiera interesar, más allá de las campañas políticas, que por cierto, no he escuchado que los candidatos le pongan atención a este tema.
México puede ser otro, si nos empeñamos y si no fuéramos tan mexicanos. (De esos que no miran hacia el futuro, de esos que no se ponen de acuerdo, de esos que no pueden trabajar juntos, de esos que prefieren tranzar a trabajar). Por cierto hay muchos mexicanos de los buenos. Sólo falta que nos unamos, por el futuro de México.
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