El presidente Peña Nieto, el 8 de abril, dijo que suspendía su asistencia a la Sesión Especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Problema de las Drogas (UNGASS 2016), que sesiona del 19 al 21 de abril. La razón que se dio para justificar la ausencia no era creíble. El 15 de abril cambió su decisión y sí estará presente. La presión nacional e internacional funcionó. En el 2012, los gobiernos de México, Colombia y Guatemala solicitaron que la reunión programada para el 2019 se adelantara para este año.
En el 2009, los 196 países integrantes de la ONU analizaron los avances de la estrategia y se dieron un plazo de 10 años, hasta el 2019, para en ese tiempo reducir la oferta-demanda de las drogas y los niveles de violencia. En esa fecha acordaron volverse a reunir, para analizar los resultados de la estrategia. Ante la gravedad de la situación, los países aceptaron que el encuentro se celebrara antes.
La reunión tiene como objetivo “realizar una revisión rigurosa de la situación global de las drogas” ante el evidente fracaso del paradigma punitivo y prohibicionista de los últimos 50 años. La ausencia del presidente, representante de uno de los estados que convocan, era inexplicable y también lamentable. Él tiene la obligación de asistir a ese foro y exigir el cambio de la estrategia.
Las decenas de miles de muertos en los dos últimos sexenios avalan con creces la posición del gobierno mexicano, para exigir un nuevo paradigma. El actual prometió reducir la producción de las drogas, disminuir el consumo y abatir la violencia. Lo que ha sucedido es todo lo contrario. Si no se modifica la estrategia, seguirá pasando lo mismo.
A mediados del 2015, la posición del gobierno en torno al paradigma empieza a cambiar, por lo menos en el discurso. Desde la cancillería y la Secretaría de Gobernación se hacen declaraciones que lo cuestionan y se habla de la necesidad de “asegurar un debate amplio, abierto, sin preconcepciones e incluyente” en la UNGASS 2016. Con objeto de “construir consensos globales que aseguren acciones en el terreno más efectivas y humanas”.
El gobierno de la República se comprometió a que en la UNGASS 2016, México, a través del presidente, plantearía un nuevo paradigma basado en la lógica de la salud pública y no de la seguridad pública. De manera puntual, el subsecretario Miguel Ruiz Cabañas, de la cancillería, dijo que para México el enfoque punitivo y prohibicionista ya no era válido y se manifestó en contra de los países que sólo ven el combate de las drogas desde esa posición.
La sesión de la UNGASS 2016 inicia mañana y termina el jueves 21 de abril. Queda por ver si la posición que el presidente presente en la ONU implica un real cambio al paradigma prohibicionista y punitivo. El 21 de abril, Peña Nieto dará a conocer las conclusiones de los cinco foros del Debate Nacional sobre el Uso de la Mariguana. Espero que la postura del gobierno asuma lo dicho por los más de 140 participantes. La gran mayoría se pronunció en contra de la actual estrategia y a favor de la legalización-regulación.