Xalapa es una ciudad realmente notable, está enclavada en una región geográfica privilegiada por sus micro climas que son una bendición, de una panorámica extraordinaria y una biodiversidad muy rica, tiene una historia muy rica que nos llena de orgullo y cuenta con un patrimonio arquitectónico envidiable; en Xalapa han florecido la cultura y las artes y la Universidad Veracruzana nos ha dotado de arquitectos que sincretizan la construcción urbana con el arte.
Xalapa es una ciudad de muchos orgullos y uno de ellos es precisamente Las Ánimas que ha dado de que hablar en muchas partes del país y nos ha colocado en el mapa del mundo. Las Ánimas son de Xalapa, también de la emblemática familia Fernández Ávila, que de alguna manera compartieron este paraíso con las nuevas generaciones de xalapeños; esa parte de la ciudad no solo encierra el encanto de lo que fue una magnífica hacienda que detonó el desarrollo económico de la región, sobre todo por su rica producción de café, en Las Ánimas de Xalapa hay tesoros que podemos disfrutar, arte en su capilla y también en sus variadas y ricas fachadas, riqueza de sus lagos y pequeños riachuelos que la cruzan, belleza arbórea que refresca el aire.
El crecimiento de Xalapa cobró a Las Ánimas el débito de la expansión urbana y para satisfacción de quienes aman a Xalapa ofrendó sus terrenos con toda dignidad a una urbanización que durante los años setentas y ochentas fue ejemplo a nivel nacional como el desarrollo más arbolado de México, con una accesibilidad urbana que daba calidad a sus habitantes y plusvalía también.
Sus calles de texturizados adoquines, sus parques, lagos y avenidas arboladas fueron punto de encuentro, de reunión y de paseo para la gente de toda la ciudad que acostumbraba ir a Las Ánimas como día de campo ¿Quién que la visite no ha ido al super “del español”, o sacado una foto navideña del nacimiento en su lago, dado de comer a los patos, gansos o carpas que lo habitan o bien pasar momentos agradables en el “Parque de la señoría? Recuerdo aquellas mañanas de domingo en que sin ser habitante de esta parte de la ciudad, llevaba a mi hija y a mi hijo a su pequeño zoológico, y con vivencias así fue que esta parte de la ciudad se metió en el corazón de la gente.
No obstante, de unos años para acá, el tiempo y quizá el abandono o el trajín cotidiano, ha deteriorado sus calles, sus banquetas y su infraestructura. Existe una sensación de pérdida de calidad de vida, de servicios públicos que ya presentan un deterioro tal vez lógico pero no permisible; el Ayuntamiento está a cargo de ellos, los pobladores de esta importante zona de Xalapa aportan vía predial y otras contribuciones por actividades comerciales y profesionales una parte importante de los recursos propios con que cuenta el Ayuntamiento para realizar obras en las colonias populares, qué bueno y qué satisfacción que así sea, pero debemos voltear a Las Ánimas en su primer desarrollo y considero que por su característica social debe tener una atención especial en la solución de los problemas que hoy presenta desde INDECO hasta el lago y desde su plaza hasta la Central de Abastos.
Considero oportuno una renovación para devolverle a Las Ánimas su antiguo esplendor y consolidarla como un todo urbano desde esta parte antigua por así llamarla hasta los nuevos desarrollos y en esto no solo la autoridad municipal, si no todos los que vivimos en ella debemos estar dispuestos a colaborar y organizarnos en una nueva asociación de colonos dispuestos a cuidar y preservar esta parte de Xalapa, que al aumentar su plusvalía también contribuirá a que haya recursos mayores que no solo se aplicarán a Las Ánimas si no que servirán para aplicarse en programas de desarrollo social y urbano en otras colonias de Xalapa.
Las ciudades comprometidas son aquellas que interaccionan e impulsan el desarrollo de cada una de sus partes, son aquellas cuyos habitantes y gobierno juntos son capaces de perfilar, como decía Neruda, el alcance de la espléndida ciudad que dará luz y felicidad a todos sus habitantes.