La etapa electoral, como en la que estamos inmersos, es momento propicio para reflexionar sobre la democracia y los valores que la sustentan. Hoy, cuando existe una gran desconfianza en los Procesos Electorales y se duda de la efectividad de los mecanismos democráticos para conseguir avances en el desarrollo de los países, es importante recordar que desde la antigua Grecia hasta nuestros días, la humanidad no ha logrado encontrar un medio más efectivo para vivir en paz, armonía y alcanzar progreso y desarrollo, que vivir en democracia
No todos los gobernantes surgidos de procesos democráticos han sido buenos líderes para sus pueblos, pues la democracia no es la solución a todos los problemas de la sociedad, pues esto depende de la calidad delas personas que el pueblo elige, y como dicta la doctrina: El poder de mando o de gobierno puede residir en un solo individuo, en una minoría o en una mayoría entre las que existen formas puras y formas impuras del Poder, donde la democracia en su forma impura se convierte en Demagogia, la Monarquía en Tiranía, y la Aristocracia en Oligarquía de acuerdo con el perfil del gobernante, o del grupo en el poder.
ES recurrente que nuestra democracia, sea señalada, descalificada y menospreciada por grupos a los que no les ha sido posible acceder al Poder por la vía de los votos y en su frustración por no conseguir el respaldo ciudadano, optan por descalificar los procesos y comparan a nuestra democracia con la Tiranía, el autoritarismo y la demagogia.
Descalificaciones por demás injustas, cuando podemos constatar que históricamente esta es la mejor etapa que le ha tocado vivir a los procesos electivos en México, con un Instituto Nacional Electoral ciudadanizado y autónomo y cuando, como nunca, existen instituciones eficaces para hacer cumplir la voluntad popular expresada en las urnas, con un Tribunal Electoral, libre, y Autónomo también, que ha dado muestras inequívocas de ser garante de la democracia, pues ha emitido resoluciones que hace apenas unos años, en la época del PRI- dominante, habrían sido inconcebibles. La anulación de las elecciones en Colima en el ámbito nacional, y en nuestro estado: Las Choapas y Tepetzintla recientemente y Villa Azueta y Coxquihui, hace algunos años, dan cuenta de ello.
Se ha dicho y se ha dicho bien que el ejercicio de la democracia requiere que haya demócratas y quienes creen que los procesos democráticos son limpios y transparentes solo cuando el voto les favorece, y denostan, descalifican y rechazan la validez de los procesos cuando la ciudadanía no les da su confianza, no pueden llamarse demócratas, pues no ayudan en nada a mejorar la percepción ciudadana sobre los procesos electorales.
Los órganos electorales han realizado bien su trabajo en Veracruz, y los Gobernantes han surgido de procesos limpios, transparentes e inobjetables, sin embargo, en las últimas dos administraciones los hombres en el poder han desvirtuado el quehacer político y han permitido que la percepción ciudadana generalizada sea de que las acciones de gobierno están plagados de corrupción, insensibilidad y enriquecimiento inexplicable, dejando un muy duro paquete a los sucesores para poder revertir esa pésima percepción y ganar la elección.
Si bien pueden decir los señalados que los ciudadanos no los contrataron para ser simpáticos y caerles bien a todos, pues no son artistas ni comediantes, sino gobernantes, pero lo cierto es que una buena parte de su responsabilidad es mantener la gobernabilidad y esta no se alcanza con un pueblo inconforme,
Por otro lado, en el terreno político, las reglas no escritas dictan que es responsabilidad del gobernante en funciones, sentar las bases de una sucesión tranquila y cómoda para el candidato de su propio partido y esto no se logra haciendo trampas o poniendo el aparato del estado al servicio del candidato de su partido, pues esto sería una causal de anulación de la elección en un escenario donde, como señalábamos antes, existen órganos y tribunales autónomos que están pendientes de todo para garantizar la imparcialidad. Más bien se logra manteniendo la mejor imagen para que la percepción de la ciudadanía sea positiva, vamos, haciendo un buen gobierno y asumiendo un comportamiento que el candidato pueda presumir y no del que se tenga que avergonzar y deslindar.
Aquí cabe mencionar que si andas en política no te puede valer madres la percepción ciudadana, pues el político vive de su prestigio y por lo tanto debe cuidarlo, y muy pronto lo vamos a constatar cuando inicie la vigencia de la reelección de Diputados y Alcaldes
Lo que realmente nos molesta es la insensibilidad de no gobernar con las encuestas como referentes para moderar el comportamiento o, en todo caso, explicar a los ciudadanos el por qué de las acciones emprendidas o el por qué no se emprendieron las que la ciudadanía estaba demandando, Es decir, lo que molesta es la falta de atención a los problemas y el haber permitido que creciera exponencialmente la mala percepción sobre la actuación del Gobierno, sin hacer lo que corresponde para mantenerla en niveles aceptables, esa insensibilidad perjudica aún más que el no realizar las obras y acciones.y la gente de bien que militamos en el PRI no tenemos que llevar a cuestas en cada elección el lastre de un gobierno insensible, eso no es justo pues los ciudadanos juzgan como corruptos a todos los priistas, por la insensibilidad de unos cuantos que, sin ser priistas, tuvieron la oportunidad de llegar al poder porque les prestamos las siglas.
En este sentido, cualquier político profesional está atento a lo que se dice de él y cuando sus niveles de aceptación bajan, se ocupa en analizar las causas y procura revertir la tendencia negativa, y para ello no basta salir a la calle a abrazar y besar señoras pobres, cargar niños, ni ir al “Super” con la señora empujando el carrito y sonriendo a todos falsamente, ni destinar más recursos a la prensa para que hable bien de nosotros, para revertir es necesario hacerlo con seriedad, impulsando proyectos que beneficien realmente a las mayorías y sí, ¿por qué no? Revisando el esquema de comunicación política que traemos para que lo bueno que hacemos, se difunda de mejor manera.
Se dice también que el primer paso para la solución de los problemas es reconocer que existen y la gente de bien que militamos en el PRI no andamos buscando excusas para justificar la mala actuación de nuestros gobernantes, sino a partir de reconocer que existe un grave problema de credibilidad , de gobernabilidad, de finanzas y de decencia, en principio, nos toca ofrecer disculpas a la sociedad por la ceguera de no haber visto que las cosas venían mal desde la forma en que hace 6 años se heredaron el poder los miembros de una cofradía, derivando en la peor crisis que ha sufrido el estado. No por ello dejamos a un lado nuestra militancia política, como hicieron Pipo, Alba Leonila y Juan Bueno en el PAN, sino reconocemos errores y damos la razón a los ciudadanos, señalando y juzgando desde adentro, como lo ha hecho, dignamente, Rafael Acosta Croda, (también en el PAN).
Después teníamos que encontrar entre nuestros correligionarios al hombre talentoso, honesto, justo, preparado y cercano a la gente, pero sobre todo, alejado del actual gobierno, que pueda revertir la percepción negativa, y ese hombre, con experiencia de Gobierno, afortunadamente lo encontramos y se llama Héctor Yunes Landa, con quien quedará demostrado que desde el interior de las instituciones también se pueden generar cambios para mejorar.