En medio de la vida acelerada en que se inscribe la modernidad, ‘los olvidos’ son esos pequeños lapsos en blanco a los cuales parece que nos acostumbramos con mayor frecuencia, menciona El Colombiano.
No obstante, la ciencia explica de qué se trata y no augura ‘normalidad’.
La teoría del marco
“Pasar a través del marco de una puerta produce olvido”, así versa el título de un estudio de 2011, que propone un modelo para comprender por qué nos ocurre este fenómeno.
La investigación del psicólogo G. A. Radvansky, de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) sugiere que nuestro cerebro acumula la información de forma episódica o segmentada.
Mediante un videojuego, realidad virtual y luego de forma física, participantes del estudio debían llevar una caja llena de objetos de un cuarto a otro, y sólo podían ver dentro de ella al levantarla por primera vez, comenta El Colombiano.
Justo cuando entraban a una habitación nueva, se les preguntaba por los objetos que llevaban dentro de la caja, y su capacidad de recordarlos era peor que si simplemente caminaran de un punto a otro sin atravesar habitaciones.
El estudio explica que cuando ocurre algo que dispara la segmentación del cerebro, como entrar a una habitación nueva o abrir la nevera, la memoria se “descarga” y abre campo para almacenar la información nueva, descartando así la vieja, que ya se considera irrelevante o cuya vida útil expiró.
La investigación aporta una visión interesante sobre el tema, sobre todo porque busca rebatir algunos de los planteamientos clásicos de la memoria. Por ejemplo, se cree que si intentamos recordar algo en un contexto similar al que lo aprendimos el proceso se hará con más facilidad. Pero en una de las fases del estudio de Radvansky y compañía, los participantes volvían a entrar a la habitación inicial, y esto no afectó de forma perceptible su capacidad para recordar los elementos dentro de la caja, informa El Colombiano.
Memoria y más atención
Para Mariantonia Lemos, profesora del pregrado en Psicología de la Universidad Eafit (Colombia) el asunto está más relacionado con nuestra capacidad para prestar atención.
“Nuestro cerebro es un órgano que tiene una capacidad limitada de funcionamiento, y tendemos a hacer varias tareas a la vez. Para el cerebro es imposible hacer dos cosas al tiempo: lo que haces es dedicar un momento a una actividad y después saltar a la otra”.
Entonces, el cerebro presta atención a una tarea mientras ejecuta la otra de forma automática. “Abrir la nevera es la actividad automática, mientras que estamos concentrados en otra cosa. Por eso, cuando la nevera vuelve a ser lo principal, no podemos recordar lo que estábamos haciendo”, dice.
La automatización explica también casos como buscar el control remoto con él en la mano, o las gafas con ellas puestas. Y el del ejecutivo con los dos relojes.
Aunque el psicólogo Andrés Alejandro Rodríguez concuerda con la perspectiva de Lemos, su opinión es que el estudio no aporta nada realmente novedoso. “Es un evento específico al que se le define una teoría cuando los mecanismos generales ya se han estudiado”, dice.