Cientos de personas despidieron hoy a las 66 víctimas del avión de Egyptair que se estrelló el pasado jueves en el mar Mediterráneo, en una ceremonia oficial en una mezquita de El Cairo, con la presencia de representantes del Gobierno y de la compañía aérea nacional.
La ceremonia, organizada por el Ministerio de Aviación Civil, tuvo lugar en la mezquita del Mariscal Tantaui, a las afueras de la capital egipcia, adonde acudieron cientos de personas a presentar sus respetos en memoria de las víctimas, según constató Efe.
Representantes de Egyptair, pilotos y asistentes de vuelo se mezclaron con familiares y conocidos de las víctimas, a las que rindieron homenaje.
Alrededor del templo se desplegaron fuertes medidas de seguridad y numerosos agentes también poblaron la principal carretera que conduce al templo desde el centro de la ciudad.
A pesar de que los cuerpos no han sido aún recuperados de las aguas y no se les puede dar sepultura, la ceremonia se celebró para honrar la memoria de las personas que viajaban a bordo del vuelo MS840, 56 pasajeros, siete tripulantes y tres agentes de seguridad.
Ayer se celebró una misa en la Catedral de El Cairo por los nueve cristianos que perdieron la vida en la tragedia.
En medio de una gran expectación por parte de la prensa local e internacional, las familias de las víctimas se han mantenido estos días alejadas de los focos de los medios, sobre todo los parientes de algunos de los franceses fallecidos que han acudido a Egipto en busca de respuestas sobre el destino de sus seres queridos.
La mayor parte de las víctimas eran egipcias -30 personas-, además de 15 ciudadanos franceses y otros de varias nacionalidades, africanas y árabes principalmente.
Ningún grupo terrorista ha reivindicado ser el responsable de lo sucedido al Airbus A320, que desapareció de los radares cuando ya llevaba entre 10 y 15 millas en el espacio aéreo egipcio y perdió altitud a gran velocidad efectuando dos giros bruscos.