Vibrante partido, peleado en el medio campo, de toma y daca, a veces los colchoneros con mayor posesión del balón que los blancos, un juego no muy lucidor en cuanto a espectacularidad y, yo diría, escaso de buen juego, y es que tanto el Real Madrid como el Atlético salieron con la clara intención de que el oponente no les hiciera daño, cuidadosísimos atrás, era claro que tenían en mente que el que lograra pinchar primero tenía altas posibilidades de salir con la victoria y así se dieron las cosas, el Madrid fue el primero en encajar el diente, a los 15 minutos de juego por conducto del capitán Sergio Ramos, en una jugada dudosa por la posición del central que estaba en un aparente fuera de juego, poco tiempo después el Atlético tuvo oportunidad de empatar pero el francés Griezmann falló el cobro de un penalti que pegò en el larguero, Keylor Navas ya estaba vencido pero el palo impidió la igualada, total que el Atlético a base de insistir finalmente empató al minuto 79 por conducto del portugués Carrasco y así terminaron el tiempo reglamentario para irse a los tiempos extras, 30 minutos más de emociónate juego y nada, el partido seguía 1-1, tanda de penales, al final a Juanfran se le atravesó un maldito poste mientras que del lado de los blancos vino a cerrar la cuenta anotando el quinto y definitivo tanto que le dio a los merengues su undécima orejona. ¡Cómo no te voy a querer!, resuena el canto festivo de la nación blanca y es que este juego es universal y estos dos equipos hacen un fútbol que lo ven en todo el mundo y en todo el mundo levanta pasiones, al final un San Siro (también conocido como el Guiseppe Meazza, y lo que pasa es que cuando juega el Inter de Milán así se llama) que fue un espléndido escenario y testigo de la coronación del cuadro merengue por undécima vez. Al final un ‘Cholo’ destrozado por la derrota de su cuadro, pero la valentía no les dio para derrotar al Real. Lo escribe Marco Aurelio Gonzàlez Gama, directivo de este Portal.